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Los amotinados de la cárcel de Alicante retuvieron a cuatro rehenes durante la jornada de ayer

Un ambiente de violencia extrema entre los propios presos amotinados en la cárcel de Fontcalent (Alicante) caracterizó ayer el motín iniciado en la mañana del lunes por un grupo de reclusos de alta peligrosidad. En la madrugada de ayer se logró controlar el módulo cuatro, donde se inició la asonada, pero una veintena de reclusos de esta dependencia tomaron el módulo tres, donde ayer retenían a cuatro funcionarios. Los enfrentamientos entre los presos han causado ya un muerto y varios heridos. El director general de Instituciones Penitenciarias, Antoni Asunción, se desplazó a Alicante para negociar.

Las negociaciones emprendidas por Asunción no habían dado ningún resultado positivo a primera hora de la madrugada de hoy. Poco después de la medianoche, efectivos de la Unidad de Intervención Especial de la Guardia Civil rodearon el módulo donde se encontraban los amotinados.Según relataron dos reclusos que salieron en libertad a última hora de la noche, la enfermería de la cárcel había sido desalojada para facilitar una posible intervención policial y los enfermos fueron alojados en celdas, informa Joaquim Ferrandis desde Fontcalent.

Asunción llegó al centro de cumplimiento a las 13.05 horas de ayer en helicóptero, procedente de Madrid. Una hora después, inició las negociaciones con los organizadores del tumulto, entre los que se encuentran Manuel Pinteño y Antonio Cortés Escobedo, extremadamente violentos y peligrosos, según la policía.

Fuentes penitenciarias aseguraron que en las conversaciones que mantuvieron los representantes de los amotinados con las autoridades en el tarde y noche del lunes, abandonaron sus reivindicaciones iniciales y sólo pidieron un furgón para huir de la prisión.

Esta petición avala la tesis sostenida por los sindicatos y el Gobierno Civil de Alicante que afirman que el fondo del motín responde al deseo de huida de la cárcel de varios reclusos.

Inicialmente los cabecillas pidieron un trato más humanitario y el cese de los presuntos malos tratos que recibían de los funcionarios penitenciarios y que ayer negó el gobernador.

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El módulo cuatro, donde se inició el tumulto, aparecía ayer como un verdadero campo de batalla, según narró una persona que visitó el lugar. Los reclusos quemaron los colchones, rompieron grifos, con lo que se inundaron los patios, asaltaron el gimnasio de donde obtuvieron barras de hierro para fabricarse cuchillos, y asaltaron la farmacia de la enfermería, a la que prendieron fuego para ocultar que habían sustraido narcóticos.

Al parecer, bajo los efectos de estas sustancias, actuaron durante toda la tarde y noche del lunes, que acabó con una fuerte reyerta al negarse el ciudadano argelino Behmed Chokri, de 41 años, a secundar el motín. Recibió 20 puñaladas que acabaron con su vida. Al menos otros seis reclusos fueron trasladados a dos centros hospitalarios de Alicante, con heridas de diversa consideración. Tras este incidente, una veintena de presos asaltó el módulo tres, donde se encontraban otros 233 internos. La mayoría de ellos no se sumó a la protesta. Según indicó una persona que entró cerca de las dependencias de este módulo, casi todos ellos tenían miedo y algunos lograron escapar al módulo dos, controlado por la policía.

Funcionarios liberados

Durante todo el día de ayer los amotinados permanecieron refugiados en el módulo tres y, como prueba de buena voluntad, según fuentes del Gobierno Civil, liberaron a uno de los cinco funcionarios de prisiones que todavía mantenían en su poder. Los amotinados habían cambiado sus ropas por las de los funcionarios.El lunes por la mañana fue ron retenidos diez trabajadores, pero en los dos días en que dura el motín los han ido liberando de forma paulatina. Un funcionario quedó libre a las 12 de la mañana de ayer, junto con 40 presos de mayor edad que permanecían en el módulo tres y que se negaban a secundar la asonada, al igual que muchos de los internos de este módulo.

En la cárcel alicantina, una de las más conflictivas de España en los últimos años, se hacinan cerca de 800 presos cuando las instalaciones sólo tienen capacidad para 400 personas.

El actual motín es el tercero en ocho meses que protagonizan los reclusos de Fontcalent. Los reclusos del módulo cuatro, de máxima seguridad, se amotinaron en marzo pasado porque alegaban que estaban desatendidos al estar de huelga los funcionarios.

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