Concentración masiva de policías en Jerusalén
JUAN JESÚS AZNÁREZ ENVIADO ESPECIAL Cientos de policías de Tel Aviv han sido trasladados a Jerusalén para reforzar su vigilancia después de que 11 judíos fueran acuchillados por palestinos en sucesivos ataques ocurridos a partir del 21 de octubre pasado, en que Abu Shiran asesinó con una bayoneta militar a tres israelíes. El Gobierno prepara el reglamento de una nueva guardia civil, compuesta por 30.000 voluntarios. Haim Albardess, nuevo jefe de policía de la Ciudad Santa tras la destitución de Arieh Bibí, se hará cargo el 1 de enero del año próximo del orden público de una población con violencia rampante y en la que los policías tienen orden de disparar a matar después del primer aviso.
La destitución de Bibí, cuya competencia profesional fue puesta en entredicho en el informe encargado por el presidente Isaac Shamir tras la matanza de 18 palestinos en la explanada de las mezquitas Al Aqsa y Omar, fue decidida por el ministro de la Policía, Ronni Milo, después de intensas discusiones en el seno del Gabinete y del propio ministerio sobre la conveniencia de sustituir a mandos policiales con relevantes hojas de servicios.[Un portavoz policial dijo anoche que Bibí sería promovido al rango de comandante y que el próximo 1 de abril se hará cargo de su nuevo destino, informa Reuter].
Guardias jurados israelíes y árabes con permiso de armas han sido contratados por palestinos que temen por sus vidas después de que el asesinato en Nueva York del rabino ultraortodoxo Meir Kahane desencadenase una persecución antiárabe y uno de los militantes de su movimiento asesinase a dos ancianos en una localidad ocupada.
Algunos dirigentes de la Intifada han comprado chalecos antibalas en establecimientos israelíes. Los asaltos en plena calle contra soldados y policías determinaron también que una empresa iniciase a toda prisa y por encargo del Gobierno la producción patentada de chalecos especiales contra cuchilladas. En la ciudadela histórica de Jerusalén y en zonas consideradas de alto riesgo los miembros de las fuerzas de seguridad visten estos nuevos chalecos, con el cuello levantado para proteger la yugular.
Las patrullas, antes de dos, vigilan ahora de tres en tres, y las órdenes son: advertencia oral al sospechoso y a continuación disparar a matar. Antes de la cruenta espiral, la policía debía disparar al aire y después a dar.
Por otra parte, con el triple objetivo de abrir el mercado de trabajo a los inmigrantes de la URSS, reducir el riesgo de nuevos ataques y desanimar la Intifada, 2.400 árabes de los territorios ocupados que trabajan en Israel, de un total de 150.000, no podrán hacerlo. Considerados como potenciales revoltosos estos miles de trabajadores, en su gran mayoría palestinos, se suman a otros 3.500 que no pueden franquear los pasos fronterizos de las zonas de Gaza y Cisjordania.
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