Los iraquíes intentan convencerse de que no habrá lucha
GEORGINA HIGUERAS ENVIADA ESPECIAL Los iraquies se repiten unos a otros que no habrá guerra con la intención de espantar los fantasmas y conciliar el sueño. "En el plano civil nos preparamos para la guerra, pero en el político sabemos que no la habrá porque morirían muchos norteamericanos", dijo Hamid Saadi, director del periódico Al Zaura, órgano de difusión del partido Baaz. Saaclí, en una conversación con EL PAÍS, señaló que la postura del partido es unánime en cuanto a mantenerse en Kuwalt y que el pueblo iraquí está dispuesto a pagar el precio por "recuperar nuestra dignidad histórica".
Sin embargo, otros ciudadanos -pequenos comerciantes y funcionarios de grado ruedio-consultados por este periódico han señalado tímidamente que "Kuwait no vale una guerra". En Bagdad nadie se atreve a expresar abiertamente su opinión, pero después de unas cuantas preguntas es fácil adivinar el sentimiento de frustración existente ante la posibilidad de que estalle un nuevo conflicto armado.
"Después de ocho años de guerra ya todo nos da igual. No queremos más batallas, pero ¿qué vamos a hacer?", afirma un padre de tres hijos."Creo que Kuwait nos pertenece, pero, por supuesto, prefiero no tenerlo antes que volver a vestir el uniforme militar", añade este hombre de 38 años que trata de rehacer su vida después de haber estado en el frente desde el mismo momento en que comenzó la guerra con Irán, en 1980.
"Sadam Husein tiene que salir y darnos algo. Después de haber aceptado todas las condiciones de Irán no puede decirnos que nos quedamos sin una salida al mar", señala otro iraqui, que tiene dos hermanos muertos en la pasada campaña.
Las respuestas más escurridizas son las de Hamid Saacli, quien se limita a seguir la línea del partido gobernante, al que está afiliado. El periodista más cercano al presidente Iraquí se iba por la tangente cada vez que se le preguntaba si una negociación sobre la retirada de Kuwait forzaría una dimisión de Sadam.
La propaganda iraquí insiste en los problemas que ocasiona el embargo para mostrar las malas intenciones de EE UU.
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