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EL CONFLICTO EN ORIENTE PRÓXIMO

París mantiene su reticencia a una opción militar

"No hay diferencias sustanciales entre las posiciones francesa y norteamericana en el conflicto del Golfo", afirmó ayer en París el secretario de Estado norteamericano, James Baker. Si tal declaración se lee a la inversa, la frase confirma que los puntos de vista de Washington y París no son exactamente idénticos sobre la crisis. Los franceses se niegan a seguir a Estados Unidos en el caso de una aventura militar contra Irak en la que, como afirman fuentes del Ministerio de Exteriores galo, su país no conserve "libertad de apreciación, decisión y actuación".

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Baker terminó ayer en la capital francesa una gira por países árabes y europeos que ha consolidado la firmeza del frente antiiraquí. Tras entrevistarse con el presidente François Mitterrand y su homólogo francés, Roland Dumas, el secretario de Estado norteamericano declaró: "El consenso internacional en la crisis del Golfo sigue siendo sólido".Mitterrand no hizo declaraciones tras su entrevista con Baker, pero el ministro francés de Exteriores, Roland Dumas, afirmó a los periodistas: "Nadie privilegia por el momento la opción militar". Francia, en concreto, "sigue deseando que el conflicto del Golfo se resuelva por medios pacíficos".

Francia, añadió, "es un firme miembro de la coalición. antiraquí, el segundo país occidental más comprometido militarmente en el Golfo. Según el diplomático, lo que los norte. americanos "no pueden pedir a los franceses es que éstos le sigan "a ciegas".

El principal partido de dijo el ministro, que tomará "en su momento" el presidente de la República.

Baker no podía esperar en París el apoyo incondicional a sus tesis que le otorga la primera ministra británica, Margaret Thatcher. El viernes, coincidiendo con la presencia de Baker en Moscú, los norteamericanos ya habían hecho saber que no están muy convencidos de la determinación francesa a luchar contra Sadam.

"¿Qué mosca le ha picado a. Baker?", dijo a este periódicc un diplomático francés tras conocer el comentario norteamericano. Francia, añadió, "es un firme miembro de la coaliciór. antliraquí, el segundo país occidental más comprometido mili-tarmente en el GolfÓ". Según el diplomático, lo que los norteamericanos "no pueden pedir" a los franceses es que éstos les sigan "a ciegas".

El principal partido de la oposición, el neogaullista de Jacques Chirac, está de acuerdo con el Gobierno. "Es capital que Francia mantenga su autonomía de decisión y no se vea arrastrada a una intervención militar que no haya escogido", afirmaron el pasado jueves Alain Juppé, Bernard Pons y Charles Pasqua.

Ánimos guerreros

Entretanto los ánimos guerreros se van enfriando. La última encuesta de la SOFRES muestra que el 52% de los franceses desea que su país se mantenga al margen de un conflicto armado en el Golfo, frente a un 45% en septiembre.

Y no faltan voces respetadas, como la del ex ministro de Exteriores socialista Claude Cheysson, para afirmar que "cualquier acción militar" en el Golfo es "inadmisible" y "contraria a los intereses de Francia y Europa". Una frase ambigua de Cheysson contribuyó a sembrar dudas sobre si Francia negoció o no la liberación de sus rehenes.

Cuando se le pregunta acerca del rumor que afirma que él se entrevistó en Aminán o Túnez con el ministro iraquí Tarik Aziz, Cheysson responde: "Yo ni confirmo ni desmiento nada. Cuando fui ministro aprendí una importante lección: la manera en que los rehenes son liberados debe mantenerse siempre en secreto".

En las vísperas de la liberación de los rehenes, las tropas galas presentes en la frontera entre Irak y Arabia Saudí se replegaron 50 kilómetros. Una iniciativa posterior ha confirmado, en cambio, las proclamaciones de firmeza de los franceses. La "Operación Daguet" acaba de ser reforzada con 550 hombres, 22 helicópteros de combate y 24 blindados.

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