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Entrevista:

"El sentimiento de la música actual es estúpido"

La vida de Bob Geldof, a sus 36 años, no parece que haya sido aburrida. Músico, cantante, compositor, periodista, conductor de tractor oruga, fotógrafo, profesor de inglés en Murcia, fundador del grupo Boomtown Rats, creador del proyecto Live Aid para luchar contra el hambre en Etiopía y caballero del Imperio Británico. Denostado por su afán de protagonismo, Geldof aparece como un artista entre la ilusión y el pesimismo musical, centrado en su última grabación, The vegetarians oflove. En esta entrevista declare que "el sentimiento de la música actual es estúpido".

Aparece cansado. Acaba de llegar de Estados Unidos y, tras su breve estancia en España, debe viajar a Alemania para continuar las presentaciones de su último disco, The vegetarians of love (Los vegetarianos de amor). "MI hija pequeña tiene tres meses y apenas la he visto una semana. Mi esposa no está nada contenta", dice Bob Geldof, un irlandés de Dublín que acaba de cumplir 36 años. Pero se muestra amable cuando habla de sus primeros recuerdos musicales: "De pequeño escuchaba a Kingston Trio y los Everly Brothers...", y se pone a tararear Tom Dooley y Cathys clown. "Mi padre era un fanático de Bing Crosby; mi hermana, de Cliff Richard. Es mi primera memoria musical".Nada de esa música tradicional irlandesa que ha inspirado su último disco. "Ia música tradicional es mucho más esotérica, muy seria. Es como un arte. La gente del país no escucha esta música porque la han puesto en un gueto cultural y prácticamente está muerta. Hay más relación entre el blues y el rock and roll que entre la música tradicional irlandesa y el pop irlandés".

Bob Geldof formó el grupo Boomtown Rats en 1975. Antes había trabajado como conductor de bulldozer, fotógrafo, periodista musical en la revista Melody Maker "fue la peor experiencia", dice- y profesor de inglés, actividad que ejerció entre 1971 y 1972 en Murcia Boointown Rats resistió la aparición del punk en 1977, fue encuadrado dentro del movimiento new wave (nueva ola), alcanzó algunos éxitos y desapareció. En 1985, Geldof impulsó el proyecto Live aid para luchar contra el hambre en Etiopía, por lo que fue nombrado Caballero del Imperio Británico. Los artistas más populares participaron en los dos espectáculos simultáneos en Filadelfia y Londres de Live aid, que fueron retransmitidos a todo el mundo. Se recaudaron 10.000 millones de pesetas y la polémica acompaña a Geldof desde entonces, acusado de excesivo afán de protagonismo. "La gente pensó que para mí Live aid era muy importante y me empujaba a continuar, pero necesitaba volver a la música. El público necesita estrellas para devorarlas inmediatamente".

Estrellas

"Nunca me gustó la parafernalia que rodea al rock. Es una mierda. Muchas bandas de la mitad de la década de los setenta rechazaban convertirse en estrellas. Jonny Rotten era una estrella pero la idea era la contraria. Era divertido reirse de todo el sistema del pop. El humor puede ser un arma muy peligrosa. No me gusta ser tratado como un ser diferente, y en mi cerebro no existe ningún misterio ni enigma. Si lo hubiese, probablemente sería una estrella pero no es el caso. Soy muy conocido, pero no soy un ídolo. Prefiero ser yo mismo".

Con 15 años de carrera musical, Bob Geldof ha vivido casi todas las caras del pop. "Puedo hacer muchas cosas", dice, "pero la única que tiene sentido y me da satisfacción es la música. Cuando actúo me siento centrado, sé que no me pierdo y que en mi cabeza no hay guerra civil. Puedo expresar cosas que no entiendo, demasiado íntimas. Es como una catarsis purgativa y necesaria. Por eso no me gusta la música pop cuando está tratada como algo insignificante. Si hubiera una catástrofe y toda la historia desapareciese -edificios, artes, vídeos, ciudades-, un historiador del año 3000 que encontrase en una montaña de Colorado toda la música pop podría comprender lo que ha pasado desde el año 1950 al 2000: la política, la psicología, los artistas, las ciudades, los nombres de las calles, la geografia... Es el gran logro de la música como joven y popular forma de arte".

Geldof defiende el rap como una de las formas más interesantes de la música actual -"es lo único peligroso"-, se muestra partidario de la idea de música del mundo -"prefiero la mezcla porque no me gustan las músicas étnicas. Tengo unos oídos muy católicos"- y piensa que el mundo anglosajón debe abrirse a otras músicas -"cada cultura debe defender sus formas de expresión más puras"- Pero no se muestra demasiado optimista respecto a la situación de la música popular: "No hay pasión ni valores espirituales ni intelectuales. Los tiempos están muy apáticos y esto se refleja en el pop. El sentimiento de la música actual es estúpido".

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