Ríos Montt: "Me han fusilado políticamente"
Los jueces apartan de la carrera electoral al ex presidente
Los jueces lo apartaron de la carrera electoral, cuándo era el más probable vencedor, por haber presidido entre marzo de 1982 y agosto de 1983 un Gobierno de facto, pero el general Efraín Ríos Montt promete continuar en la política hasta alcanzar la presidencia de Guatemala, que, según él, le han arrebatado ilegalmente. "Me han fusilado políticamente", denunció en declaraciones a EL PAÍS.
Excéntrico, carismático, profético, un iluminado que entiende la política como una extensión de su apasionada militancia en la Iglesia del Verbo, Ríos Montt, al frente de la Plataforma No Venta y respaldado por la gente que ahora el orden impuesto durante sus 16 meses de régimen militar, anuncia ahora para su país "una revolución ética y moral" y acusa al Gobierno democristiano de cometer "un fraude técnico"."Estamos cansados de poetas y soldados. Lo que tiene que cambiar es la conciencia del hombre, hay que construir una conciencia cívica, una conciencia ciudadana. Lo que este país necesita es respeto, dignidad, que dejemos de ser esclavos al servicio del rey Vinicio Cerezo, al servicio de un dictador legal que se limpia el trasero con la Constitución", proclama el hombre al que las encuestas concedían el triunfo en la primera vuelta de las elecciones del próximo domingo.
Ríos Montt ha recomendado a sus seguidores el voto nulo, pero sabe que muchos de ellos van a respaldar a otros candidatos que: siguen en la pelea. Particularmente la comunidad evangélica, de importancia creciente en Guatemala -cuenta con un 25% de los creyentes en el país-, parece orientar su voto hacia el principal candidato de esa confesión, Jorge Serrano Elías, dzil Movimiento de Acción Solidaria (MAS), que ha crecido como la espuma en las encuestas desde la retirada de Ríos.
Toda la clase política lo considera un loco, pero un loco que, con su mensaje abstracto y elemental, le robó la clientela a la derecha tradicional; un loco que se atreve a definir a su país así: "Somos un montón de indios que no tenemos control sobre nosotros mismos". En lugar de predícar ideología, se ha recorrido el país corribatíendo la masturbación y la, promiscuidad sexual.
"Yo no soy demócrata"
"Yo sé que no me ajusto a las nuevas tendencias democráticas", adinite, porque "si ser demócrata es dejar hacer y dejar pasar, yo no soy demócrata", pero niega los crímenes políticos de que le acusan las organizaciones de derechos humanos durante su gestión presidencial. "¿Que si mandé fusilar? Sí, pero no fui yo quien lo mandó, fue la ley".
No quiere dar grandes detalles sobre su programa para desarrollar el país porque considera que sería facilitar el trabajo a los que resulten vencedores el domingo, pero estima que lo que más falta hace en Guatemala y en América Latina es "hombría". "No quiero parecer machista, pero debemos reflexionar sobre lo difícil que es ser un hombre, lo difícil que es no tener más que una mujer. Pasar 40 años con la misma mujer, como yo, es realmente duro, pero eso es ser hombre, de lo contrario seríamos animales. Así es la vida cristiana: saber decir que no".
Aunque no es un predicador profesional de su Iglesia, sí es uno de los más destacados jerarcas en Guatemala, prácticamente un obispo de esa secta nacida a finales de los sesenta entre comunidades de prostitutas y drogadictos de Los Ángeles (EE UU). Ríos Montt ingresó en la Iglesia del Verbo tras pertenecer a la asociación de Alcohólicos Anónimos, para superar su adicción a la bebida.
"Yo no soy un religioso profesional", dice, "yo sólo soy un cristiano con temor de Dios. La religiosidad es el desarrollo de una temática, de un ritual, pero el cristianismo es algo más que el ritualismo del domingo. Desde el punto de vista religioso somos hombres y mujeres que buscamos cómo liberamos".
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