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Entrevista:EL 32º CONGRESO DEL PSOE

"El guerrismo no tiene patrón ni rumbo ni futuro

Carlos Yárnoz

Joaquín Almunia ha sido uno de los escasos militantes cualificados del PSOE que se ha prestado a una entrevista en las jornadas previas al congreso. Es un dato más que reafirma su actitud de no rehuir las oportunidades de expresar lo que piensa.Pregunta. Usted pasa por ser crítico a la actual dirección.

Respuesta. Denominaciones aparte, todos los que hemos expresado -en agrupaciones del partido o en otros foros, incluso en público- ideas o propuestas ante el próximo Congreso hemos cumplido con nuestra obligación. No es bueno confundir la participación con la disidencia.

P. ¿Así interpreta su presencia en el hotel Chamartín, en el acto de Joaquín Leguina?

R. Es evidente que ha habido compañeros que han entendido que en el partido no cabe el derecho a participar en reuniones que no sean orgánicas. No comparto esa tesis. Siempre que no se rompan las reglas democráticas, ¿por qué no participar en reuniones de ese tino?

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P. ¿Por qué fue usted al hotel?

R. Porque algunos compañeros pretendían aprovechar el proceso previo al congreso en la Federación Socialista Madrileña (FSM) para acabar políticamente con Leguina. Me pareció que no era un procedimiento correcto ni un objetivo acertado.

P. ¿Y quién organizó esa operación contra Leguina?

R. José Acosta [actual presidente de la FSM].

P. ¿Y no estaba detrás Alfonso Guerra?

R. Los protagonistas lo han negado reiteradamente.

P. ¿No fue una operación similar a la de Rodríguez de la Borbolla en Andalucía?

R. Hay un cierto itinerario que podría haber sido similar. Pero en septiembre se interrumpió. En un caso y otro, se empezaba por poner en cuestión al secretario general de la federación regional, luego como portavoz, después como candidato a la comunidad autónoma... Hubo quien vio paralelismo.

P. ¿Fue el acto del hotel Chamartín el que interrumpió el proceso contra Leguina?

R. Lo paralizó una reunión en Ferraz [calle de la sede del PSOE], donde ambas partes Regaron a un acuerdo.

P. Ante toda diferencia, las partes han girado la cabeza hacia Felipe González para observar sus gestos y palabras antes de dirimir el litigio.

R. Es el fiel reflejo del papel que cumple. Es un líder indiscutible e indiscutido, salvo por una mínima minoría.

P. ¿Y cómo ve el papel de Alfonso Guerra? ¿Cree, como otros, que es imprescindible en el Gobierno y en el partido?

R. Es el vicesecretario general.

P. ¿Qué es el guerrismo?

R. Es algo que no tiene patrón ni rumbo. Por tanto, no tiene futuro.

P. ¿Debe dimitir Guerra por el escándalo de su hermano?

R. No me corresponde a mí valorarlo.

P. ¿Qué piensa al oír a Guerra que las campañas contra él son obra de descerebrados?

R. No lo comento.

P. ¿Hace falta una comisión de ética en el PSOE, como propone alguna enmienda?

R. Comparto las intenciones de los enmendantes, pero la ética no se puede someter a reglamento. Lo que hace falta es que cualquier desviación sea corregida inmediatamente, como se ha hecho muchas veces en el partido.

P. ¿Ha habido debate de ideas ante el Congreso?

R. Hemos debatido muchos meses el Programa 2000 y, además, ha habido un debate sobre las formas de hacer política, sobre comportamientos políticos.

P. ¿Y pugna por el poder?

R. En todo partido político hay un debate sobre el poder. Lo malo es cuando se debate sobre el poder sin ninguna idea. Pero cuando se debate para defender unas ideas, es lo natural. Si no estuviese presente el poder, se trataría de una reunión de amigos, y no de un partido.

P. ¿Hay debate político en el Gobierno? Semprún lo negó.

R. No conozco ningún gobierno que no lo haga y el nuestro no es excepción. Debatimos de política y hacemos política.

P. ¿Qué queda pendiente para el congreso?

R. A la luz de la enmiendas, la política del medio ambiente, los temas autonómicos, el papel de la mujer, la relación con la UGT... Y luego otras enmiendas orgánicas que no creo que cuenten con apoyo suficiente y, por tanto, no variarán la actual organización interna del partido, como el voto individual para elegir a la ejecutiva y las propuestas para crear un órgano intermedio entre la ejecutiva y el Comité Federal.ç

Propuestas sin apoyo

P. Con respecto al ejercicio del voto en el PSOE, ¿no cree que es necesaria una mayor democratización en su partido?

R. Es que son cosas diferentes. Parece que las propuestas que lleva al Congreso mi federación [la FSM], en el sentido de que sea el voto individual de delegados el utilizado para elegir a la ejecutiva, no cuentan con apoyos suficientes. Pero sí hay una convicción general de que hay que profundizar más en la democratización, en una mayor participación de los afiliados.

P. Y queda pendiente la elección de la nueva ejecutiva. ¿Cómo ve la posible ampliación de la misma?

R. Se habla de ampliación en un doble sentido: numérico y político. Soy partidario de las dos acepciones. Hoy son 23 miembros, y son suficientes para las tareas de organización del partido, pero insuficientes para hacer más presente a la dirección en la sociedad civil. Es positivo también ampliar el espectro de la actual mayoría del partido, incorporando planteamientos políticos que no van a poner en riesgo la actual estructura, sino que la van a enriquecer

P. En su propio partido hay destacadas personas que califican de monolítica la actual Ejecutiva.

R. Hay que mirar al futuro. La próxima ejecutiva debe ser un órgano que responda a la mayoría, pero reflejando su complejidad. Que no haya nadie que, siendo parte de la mayoría, no se sienta representado. Además, la dirección la eligen los afiliados a través de los delegados, pero debe ser pensada también con respecto a quienes nos apoyan, a quienes nos votan sin ser militantes y que también quieren verse representados de alguna forma.

P. ¿Qué características debe tener la próxima ejecutiva?

R. Debe tener peso político. Creo que es bueno que, cuando cualquier compañero de la ejecutiva vaya a cualquier agrupación local, hable en nombre del partido o participe en un debate, todo el mundo sienta que está ante alguien que dirige el partido.

P. ¿Es incompatible estar en el Gobierno y en la ejecutiva?

R. No hay incompatibilidad, salvo cuando se ocupa una secretaría de área en el partido. Ahora bien, también me parece necesario preservar la autonomía en la tarea de gobierno: dirigir el partido no significa inmiscuirse en acciones cotidianas del Gobierno.

P. ¿Aspira a estar en la próxima ejecutiva?

R. No tengo apetencias. Esté donde esté participaré activamente, como siempre, en las actividades del partido.

P. ¿Qué quedará de este congreso? ¿Por qué será recordado?

R. Espero que de este congreso se diga, al cabo de los años, que analizó con serenidad, pero con orgullo, los ocho años de gobierno socialista y los tres triunfos electorales consecutivos, y, que sirvió de rampa de lanzamiento para proyectos renovados a corto -elecciones municipales y autonómicas- y largo plazo -Programa 2.000.

P. ¿Cuál es el futuro de la izquierda en Europa?

R. Todos los partidos de la izquierda debemos hacernos esa pregunta cuando el comunismo ha entrado en una crisis terminal. La socialdemocracia, no. Pero los socialdemócratas debemos, plantearnos la renovación de ideas, evitando que la tormenta de la crisis nos traiga vientos de neoliberalismo o de corrientes conservadoras.

Pérdida de votos en ciudades

P. ¿Qué reflexión le merece la pérdida de votos del PSOE en las grandes ciudades?

R. Hemos tenido una cierta pérdida de votos y nos ha llevado a una reflexión. La respuesta la tratamos de articular ideando políticas nuevas frente a problemas como el tráfico, la vivienda, la inseguridad o la droga... Espero que en las próximas elecciones municipales recuperemos al menos una parte de esos votos perdidos en las grandes ciudades.

P. Mientras el PSOE ha perdido votos en las grandes ciudades, los ha ganado en zonas rurales de tradicional voto conservador.

R. Hemos perdido votos en las ciudades y en la juventud. En ambos terrenos, hay que reflexionar y buscar soluciones. En el caso de la juventud, hemos de hacer esfuerzos en varias direcciones, porque pensar que la mil¡ es la única preocupación importante para la juventud es menospreciar su capacidad intelectual.

"Los socialdemocratas debemos evitar que la crisis del comunismo nos traiga vientos de neoliberalismo o de corrientes conservadoras"

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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