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La supervivencia de Yugoslavia

Yugoslavia es el problema olvidado de Europa. Desde la muerte del presidente Tito, hace 11 años, los Gobiernos occidentales han hecho oídos sordos a la fuerza destructiva del nacionalismo, que está socavando los fundamentos del Estado. (...)Las seis repúblicas yugoslavas han utilizado sin recato la carta nacionalista para tratar de acabar con los comunistas. También la han utilizado como puente entre el Estado de partido único y el sistema multipartidista. Sin embargo, Yugoslavia no cruza el puente, es aún reacia a dar los pasos finales hacia una Europa democrática. Los Gobiernos europeos occidentales deberían animarle a que lo cruzara, pues en caso contrario se arriesgan al desorden en los Balcanes. (...)

Pero antes de esto, Yugoslavia debe decidir qué clase de casa política quiere habitar. (...) El problema es que en Yugoslavia no hay ni un partido político ni una personalidad capaces (...) de trascender las divisiones étnicas. (...) La ayuda económica occidental no es una solución per se. Los Gobiernos occidentales tampoco deberían caer en la tentación de creer que una república es menos nacionalista, o más democrática, o más capaz de existir por propio derecho que otras. (...) La cuestión reside en si los yugoslavos tienen la voluntad política de lograr que su Estado sobreviva como una entidad viable que un día podría convertirse en miembro de una organízación europea más amplia.

2 de noviembre

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