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Tribuna
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Berlín

Juan José Millás

Estoy en un hotel. Una de las paredes de la habitación tiene un gran espejo que duplica el espacio, así como los objetos y las obsesiones contenidas en él. Miro con desconfianza hacia el duplicado y veo en él a un sujeto que observa con recelo la realidad que refleja. El sujeto soy yo, claro, pero también es otro. La imagen del espejo, aunque tenga mi apariencia, es en realidad la del adolescente que fui. Tiene las manos en los bolsillos y no sabe dónde pasar la tarde ni con qué disfrazar el sabor de las horas que le separan de la noche. Está en una calle mal empedrada y rota, donde las casas parecen tener alguna clase de actividad orgánica, pues sudan como las personas y, como las personas también, padecen afecciones de la piel y grietas abismales en el interior de la conciencia. Cada vez que me muevo por la habitación del hotel, ese sujeto joven y desocupado repite mis gestos, pero por sus ojos asoma un tipo que no soy yo. Aunque también soy yo. Quizás sea la parte de mí que más detesto; me remite a una época en la que todo estaba roto. Cuando un rico se mita en el espejo, ve un mendigo; cuando el que mira es el mendigo, lo que ve al otro lado es un príncipe. Lo que somos nos remite a nuestro contrario porque la afirmación de ser implica la posibilidad de no ser. Ahora estoy abriendo la cama, valorando el tacto de la almohada; el sujeto del otro lado hace lo mismo. Antes de apagar la luz, le miro por última vez con desgana. Ya estamos acostados los dos, cada uno en su zona. ¿Soñaremos lo mismo?Estoy en una ciudad partida en dos por una cicatriz de piedra. Cada una de las mitades de esta ciudad mira a la otra con la desconfianza con que solemos observar nuestro propio reflejo. Una de las mitades es pobre y la otra rica. Una está rota y la otra está nueva; las dos están perplejas, como yo mismo frente a mi reflejo. Es de noche, las dos mitades duermen. ¿Soñarán lo mismo?

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Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

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