El viento 'shamal' trae ecos de guerra
Las fuerzas multinacionales preparan su intervención, a 90 días de la invasión de Kuwait
El shamal (viento del Norte), que recorre cada año la península Arábiga, ha llegado con noviembre. Son los vientos del desierto, que soplan a más de 50 kilómetros por hora, levantando tras de sí nubes de polvo y arena desde las tierras de Irak y del Kuwait ocupado hasta el árido desierto de Arabia, en donde más de 200.000 soldados de las tropas multinacionales de tierra llevan semanas esperando que algo suceda. Hoy, cuando se cumplen tres meses desde que las tropas de Sadam Husein entraran en el emirato, los vientos de guerra, como el shamal, soplan con fuerza en la provincia oriental de Arabia Saudí. La luna nueva de noviembre (noche del 17) está marcada en los calendarios.
Hasta ahora todo se había quedado en amagos, amenazas y declaraciones de uno y otro lado. Se habían producido momentos tensos y peligrosos, en los que la más mínima provocación hubiera desencadenado la guerra.Pero en la mente de todos estaba la solución pacífica. El lema era dejar correr el tiempo: que el embargo económico contra Irak obtenga su resultado, que las tropas multinacionales se desplieguen y adapten a las nuevas condiciones del desierto, que se agoten todas las vías diplomáticas. Casi todos los pasos están ya dados.
La situación, a 2 de noviembre, apunta a que en un plazo de dos, tres o cuatro semanas podría desencadenarse la intervención militar contra Irak. El supuesto ataque podría producirse la noche del 17 de noviembre (la luna nueva de la que se hablaba en la operación camello de la noche), o tras la visita del presidente Bush a sus tropas, prevista para el Día de Acción de Gracias (22 de noviembre), o, entrado el mes de diciembre, cuando lleguen los 100.000 nuevos soldados que enviará el Pentágono. Hay fechas para todos los gustos.
Cambio de postura
"Sólo un cambio de postura de Sadam Husein es capaz de evitar la guerra", afirman una y otra vez las autoridades saudíes y los exiliados kuwaitíes desde hace días. Lo mismo piensa el mando militar norteamericano, aunque desde Moscú y algunas capitales árabes se insiste en que todavía es posible la paz.
Unos y otros tienen los ojos puestos en el viaje que realizará en los próximos días el secretario de Estado norteamericano, James Baker, durante el cual mantendrá reuniones con las autoridades de Kuwait (el lunes llegará a Taif), Arabia Saudí, Egipto, Siria y, camino de vuelta a su país, con los gobernantes de Francia, Reino Unido y la URSS.
La secuencia de estos tres meses ha estado plagada de acontecimientos: el Consejo de Seguridad de la ONU ha emitido 10 resoluciones condenatorias contra Irak; 53 países se han unido en frente común contra Bagdad, enviando tropas, ayuda militar, económica o moral a la zona. Más de 350.000 soldados aliados están desplegados dentro de la operación escudo del desierto, contra medio millón en la zona iraquí. Se contabilizan ya 40 muertos estadounidenses durante el despliegue; el Gobierno de Bagdad mantiene todavía más de 3.500 rehenes occidentales en su país; media docena de políticos internacionales han intentado, sin éxito, una mediación con Sadam Husein; líderes de Oriente y Occidente han celebrado más de un centenar de reuniones en busca de una solución pacífica... Nunca hasta ahora se había desarrollado tanta actividad diplomática en tan poco tiempo.
Pero casi todas las esperanzas de paz están ahora eclipsadas por los últimos acontecimientos. La foto actual del frente ofrece una imagen del Ejército iraquí en estado de alerta y de las tropas multinacionales dispuestas a intervenir en cualquier momento.
Sadam Husein se muestra hoy más firme que nunca y el presidente Bush dice que se le está agotando la paciencia, mientras ordena que se ponga en marcha la segunda fase del despliegue militar norteamericano, con el envío de 100.000 soldados más.
Esta nueva escalada de tensión tiene, sin embargo, algunas vías de escape. Un mando militar norteamericano comentaba a EL PAÍS: "Muchas de las cosas que estamos presenciando forman parte de la guerra de nervios que se libra desde que comenzó el conflicto. Por ejemplo, las últimas declaraciones del presidente Bush han forzado a Sadam a ponerse en estado de máxima alerta y eso nos ha dado la oportunidad de estudiar cómo se mueven los iraquíes en sus posiciones defensivas. Es cierto que la posición aliada se ha endurecido, pero todavía hay tiempo para buscar otros arreglos". El tiempo del que habla es de un mes, hasta que concluya la segunda fase del despliegue
Planes ofensivos
El mando militar conjunto sigue trabajando en sus planes. Hoy hay 210.000 soldados norteamericanos en la zona, junto a 60.000 saudíes, 20.000 egipcios, 19.000 sirios [que ayer empezaron a incrementarse con nuevos envíos no cuantificados, informa Reuter], 15.000 británicos, 11.140 franceses y varias decenas de miles de distintos países. En total, más de 340.000 hombres.
La prensa internacional ha publicado todo tipo de teorías sobre cómo y cuándo podría desarrollarse la intervención, militar aliada. Y todos coinciden en que la primera fase del ataque (incursiones aéreas) cuenta con ciertas garantías de éxito, pero que la segunda (la invasión con tropas desde tierra y mar) sería más complicada.
Los objetivos iniciales serían las lanzaderas de misiles Sam y Scud (de fabricación soviética) y las bases aéreas iraquíes.
Luego se buscarían objetivos industriales, centros de electricidad y de comunicaciones. Al final se intentaría acabar con los temibles tanques del Ejército de Bagdad, que se encuentran desplegados en la frontera, hundidos y protegidos por la arena, en posición defensiva. Para ello entrarían en juego los bombarderos B-52, capaces de lanzar toneladas de bombas para dejar el camino libre a las fuerzas de invasión, por tierra y mar.
Diario del conflicto
BagdadIrak acusa a Bush de mentir sobre el trato a los norteamericanos retenidos para justificar un ataque militar, que la prensa de Bagdad considera inminente. Al mismo tiempo, se anuncia que se facilitarán visados para los familiares de los retenidos en puntos estratégicos.
Washington
Dan Quayle, asegura que Estados Unidos "debería desarmar a Irak" incluso si se retira de Kuwait el ejército de Sadam Husein.
Bonn
El Gobierno respalda al viaje que el ex canciller socialdemócrata Willy Brandt efectuará a Bagdad para intentar la liberación de los rehenes extranjeros.
Desierto saudí
Se cumplen tres meses del estallido del conflicto, con 200.000 soldados en el desierto suadí y especulaciones sobre un próximo comienzo de la guerra.
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