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El El defensor del Pueblo catalán logra una tregua en la revuelta vecinal del Besòs

El violento conflicto que estalló el pasado jueves entre la policía y los vecinos del barrio del Besós, en la localidad barcelonesa de Sant Adrià, entró ayer inesperadamente en vías de solución. Los vecinos aceptaron la mediación del Síndic de Greuges -homológo catalán del Defensor del Pueblo- y la condición impuesta por éste de abandonar la violencia como estrategia para impedir la construcción de 194 viviendas sociales en un solar que reivindican para equipamientos.

El Síndic de Greuges, Frederic Rahola, pedirá al Ayuntamiento de Sant Adriá y a la Generalitat que paralicen momentáneamente las obras de construcción de 194 viviendas sociales en el Besós y la retirada del barrio de "las fuerzas de orden público", según anunció ayer después de reunirse durante una hora y media con una representación vecinal. Los vecinos, por su parte, se comprometieron, tras una asamblea, a abandonar las acciones reivindicativas violentas, condición impuesta por Rahola para hacerse cargo de la mediación ante la Administración. A primera hora de la noche de ayer, la Asociación de Vecinos del Besós, reunida en asamblea, aceptó la propuesta del Síndic de Greuges y trasladó su decisión de no llevar a cabo acciones violentas en adelante a unos 1.000 vecinos que permanecían concentrados a la espera de noticias sobre el resultado de la negociación. La mayor parte de los concentrados aceptó la propuesta, que se tradujo inmediatamente en la suspensiónide la manifestación prevista para anoche.Acusaciones a la policía

Las tres vecinas que se entrevistaron con el Defensor del Pueblo catalán le entregaron objetos que reflejan la violencia reinante en el barrio desde el jueves pasado. Entre estas pruebas hay cifitas de vídeo que recogen los enfrentamientos entre los vecinos y los Mossos d'Esquadra (policía autonómica). Rahola manifestó que mirará minuciosamente los vídeos: "Si hay motivos censurables en la actuación de los mossos, solicitaré que se abra una investigación". La espiral de violencia tuvo su culminación el domingo, cuando desconocidos dispararon contra los agentes con un rifle del calibre 22, informó la policía autonómica. Ésta había sido agredida hasta entonces con piedras, cocteles mólotov, y con el lanzamiento de lejía y salfumán. Los mossos han agredido indiscriminadamente a los vecinos y han allanado azoteas forzando las puertas, según la denuncia judicial que han interpuesto varios vecinos.

La policía autonómica continuaba ayer la investigación para localizar a la persona que disparó con un rifle al menos 30 tiros a los agentes. Los proyectiles se incrustaron en una furgoneta policial, en la valla del polémico solar donde está proyectado construir las viviendas sociales y en el escudo protector de un mosso. Aunque las investigaciones se centran en dos vecinos, en el barrio existe un número considerable de licencias de armas al haber vecinos que son aficionados a la caza y al tiro al plato. Por otra parte, el juez decretó ayer el ingreso en prisión de dos de los jóvenes detenidos en los incidentes del pasado domingo.

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