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La Comisión critica la falta de garantías sobre el uso de los fondos estructurales

La reforma de los fondos estructurales cuyo objetivo es la cohesión económica y social en la CE "ha tenido un comienzo satisfactorio y demuestra que va por el buen camino", afirmó ayer el vicepresidente de la Comisión Europea, Henning Christophersen, al dar cuenta del primer balance sobre esta reforma de las ayudas regionales iniciada en 1989.

Sin embargo, la Comisión critica la falta de garantías sobre los gastos reales de los Estados miembros. Estos asumieron el compromiso de mantener sus inversiones de desarrollo regional en términos reales, como contrapartida al incremento anual asumido por la CE.El plan de ayudas estructurales de la CE representa una financiación comunitaria de 60.300 millones de ecus (7,83 billones de pesetas) para el período 1989-93, en precios de 1989. Esto supone que al final del período España habrá casi duplicado las subvenciones que recibe de la Comunidad para corregir los desequilibrios regionales. A esta cantidad global se le han añadido 3.000 millones de ecus (390.000 millones de pesetas) destinados exclusivamente al territorio de la antigua RDA.

España, con una cuota de particípación global del 19%, es el principal beneficiarlo con ayudas por 11.362 millones de ecus (1,47 billones de pesetas). A esta cantidad se añaden las aportaciones nacionales destinadas a eliminar las deficiencias estructurales. El grueso del dinero va destinado a las regiones más pobres (prácticamente el 70% de la geografía nacional), que recibirán 1,27 billones de pesetas. En este caso la cuota española es de más del 27%. El resto se reparte en planes de modernización agraria,regiones en declive industrial y porgramas de formación profesional y creación de empleo.

El informe de la Comisión Europea destaca el papel jugado por los fondos estructurales "en los buenos resultados económicos de los Estados miembros, cuyas estructuras económicas están, sin embargo, menos desarrolladas en relación al nivel medio comunitario". España y Portugal

parecen haber explotado bastante bien las oportunidades proporcionadas por la integración de sus economías a la Comunidad Europea". El crecimiento económico ha sido superior a la media comunitaria y las inversiones han experimentado un sensible despegue, con un aumento del 24% el pasado año en España frente a un 19,2% en 1985.

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