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Austria repatría a los refugiados rumanos

Un total de 12.000 rumanos que han pedido asilo en Austria desde septiembre pasado corren el peligro de ser deportados a su país después de un acuerdo verbal establecido por los ministros del Interior de Austria, Franz Loeschnak, y de Rumania, Doru Viorel Ursu. Según el Ministerio del Interior de Austria, ya se han concluido procesos de 1.075 peticiones de asilo, y sólo 190 casos fueron reconocidos como refugiados. El resto, 885, serían repatriados de una forma que será establecida por los Gobiernos austriaco y rumano y la Alta Comisaría de la ONU para los Refugiados.

Los 11.000 rumanos restantes se encuentran en campos de refugiados en distintas regiones del país alpino, y sus casos aún no han ingresado en la maquinaria burocrática del Ministerio del Interior en Viena, que establece quiénes se quedan y quiénes se van.El Gobierno austríaco considera a Rumania como un país con garantías democráticas desde "la revolución de 1989 y las elecciones de mayo", y cree además en la buena fe de las autoridades de Bucarest, que aseguraron que no tomarían represalias en contra de los repatriados. En Rumania aún hay prisioneros políticos que permanecen en las cárceles sin procesos judiciales y sin abogados, y todavía no se ha iniciado un juicio en contra de los mineros que apalearon brutalmente a los estudiantes opositores en junio pasado. Una comisión, en la que la mayoría de los miembros pertenece al Frente de Salvación Nacional investiga las responsabilidades de los altos cargos en los sucesos de junio, y la participación del presidente Ion Iliescu podría obligarle a renunciar a su cargo.

El ministro del Interior rumano, Doru Viorel Ursu, dio garantías, que a su homólogo austriaco, Loeschnak, le parecieron suficientes, de que no habrá acciones en contra de los repatriados. Doru Viorel, de 37 años, fue fiscal en la era Ceausescu y juez en el proceso contra Nicu, hijo del ex dictador. Fue nombrado ministro del Interior durante las protestas estudiantiles de junio pasado.

Por otra parte, en el último mes, desde que la frontera austro-húngara está resguardada por 1.500 soldados austriacos para evitar el paso de ilegales, han sido devueltos 41 país magiar 1.000 rumanos sorprendidos en la fuga. Existe un protocolo desde abril, aún no oficializado entre Hungría y Austria, en el que se establece que ciudadanos de un tercer país sorprendidos en el paso ilegal en la frontera pueden seis devueltos a Hungría en un máximo de 72 horas. En los campos de refugiados en la frontera de Hungría con Austria, ciudadanos rumanos han denunciado irregularidades como la de haber sido devueltos cuando el límite de las 72 horas había sido superado.

El Ministerio de Interior de Rumania no confirmó ni desmintió intensos rumores de que varias decenas de soldados soviéticos -en pleno proceso de evacuación- habrían pedido asilo.

La masiva llegada de refugiados rumanos a Austria a través de Hungría tiene ante todo causas económicas, y fueron muy pocos aquellos que han demostrado que son fundados sus temores de persecución política en los últimos meses.

Las autoridades rumanas reiteran desde hace meses, pero con especial énfasis en las últimas semanas, que ningún ciudadano emigrado, cualquiera que fuera la fecha y circunstancia de emigración, debe temer represalias. En Austria, mientras tanto, la fuerte afluencia de ciudadanos del Este ha provocado fuertes tensiones y favoreció notablemente en los comicios de principios de mes al derechista partido liberal (FPOE) con su mensaje electoral xenófobo.

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