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Entrevista:

"Jamás traicionaré a mi cultura"

Aparece en bata. Tras una noche de perros, Paco de Lucía sólo ha dormido tres horas. Sobre la mesa de su salón, las pruebas de la carpeta de su último disco Ziryab, que se publica el próximo lunes, día 22 de octubre. En los créditos, nombres importantes: Chick Corea, Manolo Sanlúcar, Pepe de Lucía, Joan Albert Amargós, Carles Benavent, Jorge Pardo, Tino di Geraldo, Rubem Dantas... Es el regreso de Paco de Lucía a los estudios de grabación, tres años después de la publicación de Siroco, y coincidiendo con su concierto de hoy en el teatro Monumental, de Madrid.Evolución

"Cada vez me cuesta más hacer un disco", dice Paco de Lucía, "porque estoy agobiado de trabajo. Zyryab lo he grabado a trozos, durante seis meses. Tengo que componer cada nota que toco, y no se tiene que parecer a nada de lo anterior. Es la única manera de que un disco refleje la evolución de un artista, que es también la evolución de su vida. Por esto, hasta que no tengo nada nuevo que decir, no grabo".

Paco de Lucía dice que en su casa discográfica le llaman vago, y aunque a sus 43 años se toma su carrera con calma, nunca está contento con su trabajo. "Cuando acabo un disco, siempre tengo la sensación de que muchas cosas se han quedado en la cabeza", afirma. "Muchos guitarristas jóvenes se fijan en lo que hago, y si me equivoco pueden equivocarse también. Máxime cuando hay tantos falsos puristas que defienden que lo único puro es lo antiguo. Por esto tengo que mantener las raíces esenciales del flamenco con un lenguaje actual. Tiro muchos acordes a la papelera porque son bonitos, pero no huelen a flamenco".

Tras el fallecimiento de los guitarristas Melchor de Marchena, Niño Ricardo y Sabicas, Paco de Lucía se ha quedado solo, como máximo representante de la guitarra flamenca y de su evolución a partir de los cánones clásicos. "Gracias a Dios", dice el de Algeciras, "los jóvenes vienen apretando y me obligan a superarme. Están haciendo muchas cosas, hay una especie de revolución de la guitarra flamenca y dentro de poco tiempo se reflejará con mayor claridad. Sobre todo, los jóvenes aportan una gran riqueza armónica. Saben música y eso se nota".

En Zyryab, Paco de Lucía interpreta bulerias, tarantas, rumbas y fandangos. Dedica un tema a Sabicas y otro a Chick Corea, pianista de jazz que también interviene en el disco. "Fui a buscarle en su última actuación en Madrid. No sabíamos qué íbamos a hacer, pero encontramos un hueco. Es un tema interpretado casi sobre la marcha y Chick hace una improvisación preciosa, a pesar de que lo grabamos a las ocho de la mañana".

El disco es el último paso de una carrera que Paco de Lucíacomenzó a los 11 años y que continúa con una gran actividad. Dentro de pocos días le espera una gira de un mes por Brasil. Después, la grabación de un disco con Camarón de la Isla -una noticia que alegrará a los aficionados, tras largos años de separación artística entre guitarrista y cantaor-, y una actuación en París junto a John McLaughlin en la que interpretarán a dúo el Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo. "Tengo trabajo hasta junio del año que viene", dice Paco de Lucía con cierto aire de resignación, mientras recuerda sus recientes días de descanso en Cancún (México), su lugar preferido para retirarse, olvidar los compromisos y pescar.Dar la caraPero antes quedan los últimos coletazos de su gira española -hoy toca en el teatro Monumental, de Madrid-, de la que se siente muy satisfecho. "Hacía mucho tiempo que no tocaba en España, y de vez en cuando hay que dar la cara", dice el guitarrista. "Durante muchos años he descargado la responsabilidad en un grupo con músicos de jazz, pero ahora he decidido recuperar la esencia del flamenco junto a dos guitarristas: José Manuel Cañizares y José María Bandera. Vuelvo a la sencillez para comprobar hasta qué punto le gusta al público la guitarra, y estoy muy sorprendido porque la acogida ha sido excelente".

En estos conciertos, Paco de Lucía toca solo, a dúo y a trío, composiciones propias y dos temas de Manuel de Falla: la Danza de la vida breve y la Danza de los vecinos. Es el regreso del guitarrista a la austeridad, tras años de colaborar con músicos no flamencos. "Nunca pretendí, como se dijo, abandonar el flamenco. Quería ampliar conocimientos para después volver a mi música y luchar con nuevas ideas. Jamás traicionaré a mi cultura".

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