Euskadi, capital mundial de la pintada
JUAN CRUZ En la calle del Banco de España, en Bilbao, un escritor de pintadas muy cuidadoso dejó escritas hace tiempo dos palabras que no ha borrado nadie: "Nihilistas antifascistas". Esa es sólo una entre los miles de pintadas que han convertido a Euskadi, abolido ya el muro de Berlín, en capital mundial del grafito. Los esfuerzos por desterrarlas de las paredes han sido vanos, y proliferan como hongos en todas las calles de las localidades vascas. La campaña electoral no ha dado nada de sí en las paredes, aparte de los carteles, pero es que en este periodo preelectoral no se habla de lo que hay en los grafitos.
En esa misma calle del Banco de España del casco viejo bilbaíno, otro autor de pintadas ha querido ironizar sobre lo que habitualmente se escribe cuando la izquierda abertzale quiere recordar a alguno de sus héroes, y ha escrito sobre la pared de la iglesia de los Santos Juanes la siguiente inscripción: "Judas Gogoan zaitugu", que traducido del vascuence quiere decir: "Judas, no te olvidamos".El alcalde de Bilbao y el de San Sebastián han tratado de limpiar las paredes, pero no han conseguido nada, al menos de momento. El de San Sebastián Xabier Albístur, ha instituido multas contra el partido que más las firma, o las propicia, que es la coalición Herri Batasuna, y el de Bilbao, José María Gorordo, ha luchado con tanto denuedo que ha logrado colocar en el diccionario urbano el "verde Gorordo", porque intenta frenar la es calada de pintadas arrojando sobre ellas kilos de pintura verde.
Las pintadas, por otra parte, tienen un color muy definido, y éste es el abertzale. En cuatro localidades sólo pudimos ver en los últimos días una pintada contra ETA ("ETA asesina") y alguna, muy aislada, que no tuviera que ver con los objetivos políticos o militares que persiguen tanto la organización terrorista como sus sustentos políticos.
Poderes fácticos
El Ejército y sus ramificaciones son un argumento habitual. Frente al Centro de Estudios por la Paz, de Gernika, hay una pintada que lo engloba todo: "Monjas, curas, militares. Parásitos sociales". "Satanikos", escrito en letras de molde, rubrica esa declaración, que es acaso la más vaga relativa a los poderes fácticos que puede verse en las paredes de Euskadi. Lejos de allí, en Barakaldo, alguien ha escrito: "Muerte al clero y al cordero".
Para corroborar esa voluntad de los autores de pintadas de recordar a las organizaciones abertzales sus objetivos, alguien ha escrito, en mayúsculas vascas, en una pared del casco viejo de San Sebastián: "El voto juvenil de HB en la línea del frente". Y otro le ha recordado en Gernika a ETA que como el PSOE quiere la guerra, "Gora ETA".
Las recientes campañas abertzales contra la droga y su difusión tienen su correlato en las paredes: "Heroína policía, la misma porkería", "Heroína= Policía", "Dios los cría, ellos se juntan y la policía los amontona". La policía autonómica vasca no se salva de la quema habitual que son las pintadas vascas: "Los perros del 90 son la Ertzaintza", dice una pintada del casco viejo de San Sebastián.
Cerca de la célebre pintada que adjetiva a los nihilistas de antifaseistas hay una pintada en forma de cartel con estos versos inquietantes: "El hombre heroico / ¿de dónde sale en pleno 1990? / El hombre heroico / ¿ése quién es? / No salió del petróleo / ni se sabe que saliera / de las bibliotecas / ni de los versos de ningún poeta". Es acaso el más elaborado de los grafitos vascos, que proceden de la urgencia: a los 10 minutos de un suceso que los autores de pintadas juzgan que debe tener su correlato en el muro, las paredes de cualquier ciudad vasca se llenan de inscripciones más tópicas. Algunas reciben, enseguida y en el caso de Bilbao, la pintura verde de la Brigada de Limpieza Especial del alcalde Gorordo, pero otras se quedan para siempre,- convirtiendo así a Euskadi en la capital mundial de la pintada.
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