La Conferencia del Quinto Centenario quiere que su espíritu siga más allá del 92

JOSÉ COMAS La voluntad de que los logros, instituciones y el "espíritu" del "Quinto Centenario" perduren y transciendan, más allá de la conmemoración de 1992, es una aspiración palpable entre los delegados de la Octava Conferencia Iberoamericana de Comisiones Nacionales, que concluyó en Santiago de Chile.

Los representantes de los 22 países iberoamericanos asistentes a la conferencia de Santiago se esforzaban por evitar dar la impresión de que participan en un acontecimiento más o menos folclórico y tratan de dar un contenido concreto a sus trabajos. La acusación de verborragia es frecuente en cualquier foro donde se reúnan varios países de Iberoamérica. Esta imagen se acentúa, cuando va vinculada a la conmemoración del 500 aniversario de lo que unos llaman "descubrimiento" y otros "encuentro".

En Santiago los asuntos tratados en tres días de reunión tienen una entidad real y van más allá de la palabrería habitual en estos casos. Se habló de proyectos de cooperación, de "ciencia y tecnología para el desarrollo", de planes de financiación a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Se escucharon los informes de la Organización Panamericana de la Salud con su propuesta de programa relacionado con el Quinto Centenario y el de la UNICEF, con un plan de asistencia a los niños de los países andinos, que presentó el español Joaquín Ruiz Giménez.

Una de las exposiciones que despertó más interés entre los asistentes fueron los proyectos del satélite español Hispasat, que permitirá la transmisión de datos y su utilización para el envío de programas de televisión culturales y comerciales entre España y América.