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COMUNICACIÓN

Thatcher retira 'su enmienda' de la ley de radiotelevisión

El Gobierno británico renunció ayer a introducir la conflictiva enmienda en la ley sobre radiotelevisión que iba a forzar a las emisoras a tratar "cuestiones concretas" con la "debida imparcialidad" cláusula que los medios afectados consideran impracticable y denuncian como censura.

El Ejecutivo, sin embargo, no renuncia a intervenir y se propone obligar a las emisoras a "tener en cuenta" los factores pertinentes en la elaboración de programas sobre "grandes cuestiones".El debate en la Cámara de los Lores fue rápido y casi todas las voces le alinearon en contra de las voces gubernamentales por lo que tras una hora larga de escuchar argumentos disuasorios, el representante del Gobierno, lord Ferrers, manifestó que estaba claro que la Cámara deseaba que el Gabinete reconsiderara su propuesta.

Margaret Thatcher -prestando oídos a los elementos más conservadores de la Cámara alta que ven un constante sesgo izquierdista en los programas de la radio y la televisión británicas había estimado que la futura entidad encargada de controlar la televisión comercial británica debía redactar un detallado código de conducta que obligara a las emisoras a mostrar la "debida imparcialidad" al abordar "cuestiones concretas".

Plegar velas

La ambición intervencionista de Thatcher provocó la irritación de los ejecutivos y productivos afectados y críticas de personalidades tan dispares como el arzobispo de Canterbury o su antiguo colaborador lord Whitelaw, quien calificó de muy preocupantes los términos de la enmienda.Ante el generalizado rechazo de una propuesta unánime considerada como impracticable, el Gobierno ha decidido plegar velas pero sin renunciar del todo a dejar huella.

La referencia a la necesidad de buscar el equilibrio en "cuestiones concretas" será reemplazada, en la enmienda reformada que se presentará más adelante, por la necesidad de mantener el equilibrio en "grandes cuestiones".

Desaparecerá también la alusión a la "preeminencia" que ha de darse al equilibrio, convertida en un "tener en cuenta" los factores necesarios a la hora de elaborar un programa.

Michael Grave, máximo ejecutivo de Channel 4, uno de los más críticos con la propuesta gubernamental, consideró ayer que se había logrado una victoria relativa y que cabía esperar por de]ante días de negociación y búsqueda de acuerdo. John Birt, subdirector general de la BBC, que no estará obligada por el código que ha de seguir la televisión comercial aunque se espera que lo tenga en cuenta, manifestó que al Parlamento le corresponde definir los principios generales de lo que es imparcialidad y que los profesionales les corresponde interpretarlos.

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