Acuerdo de las superpotencias sobre desarme convencional y acercamiento en el nuclear
Estados Unidos y la Unión Soviética han alcanzado un principio de acuerdo en los detalles finales del Tratado de Armas Convencionales en Europa (CFE) y han eliminado algunos de los problemas que bloqueaban las negociaciones de¡ pacto para reducir armas nucleares de largo alcance (START). Ambos países desean firmar el Tratado de Armas Estratégicas antes de fin de año, aunque subsisten tres puntos de divergencia.
Dos días después de haber conseguido un acuerdo en el Tratado de Fuerzas Convencionales en Europa, el secretario de Estado norteamericano, James Baker, declaró el viernes en Nueva York que se mostraba "optimista" por los avances registrados con los soviéticos en el tema armamentístico. "Hemos tenido un día exitoso, un día productivo", declaró Baker, quien explicó que "hemos resuelto satisfactoriamente algunos temas que permanecían inamovibles hace unos días".Baker y el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Eduard Shevardnadze, se reunieron el pasado viernes durante seis horas. Tras el encuentro el político soviético explicó que confiaba en que este mismo año se firme un nuevo acuerdo estratégico con la URSS, cumpliéndose así los deseos del presidente George Bush y Mijaíl Gorbachov, líder de la Unión Soviética.
Shevardnadze, que ayer se encontraba ya de vuelta en Moscú, declaró que estaba "cansado, pero contento" por la forma en que se había perfilado el Tratado de Armas Convencionales y declaró que los acuerdos alcanzados con Baker le permitían declarar que este tratado podría firmarse con toda seguridad el próximo día 18 de noviembre, durante la cumbre europea de seguridad que tendrá lugar en París y a la que asistirán 34 naciones.
Ni Baker ni Shevardnadze explicaron con detalle los problemas que han resuelto y se limitaron a declarar que "hemos progresado en varios temas"
Funcionarios de la Administración Bush han explicado sin embargo, que Baker y Shevardnadze habían logrado un acuerdo final para limitar el número de aviones de combate, helicópteros y limitar también las zonas de despliege de algunas armas estratégicas.
El pacto establece la reducción entre el 20 y el 30% de sus misiles nucleares, lo que representa aproximadamente que ambas potencias conservarán entre 7.500 y 10.000 misiles nucleares transcontinentales.
Pese a los progresos alcanzados en Nueva York, existen todavía tres puntos que impiden alcanzar un acuerdo total en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START).
Los puntos de controversia que separan aún a ambas potencias son el derecho a transferir armas a los aliados, la inclusioón de los bombarderos BackfÍre en el START, y el futuro de los misiles soviéticos SS-18, conocidos como silo-buster.
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