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El ministro de Defensa soviético no convence a sus subordinados de que no hay peligro de golpe

Pilar Bonet

El ministro de Defensa de la URSS, Dmitri Yázov, no ha convencido ni a sus propios subordinados militares al desmentir reiteradamente que se hubiera llevado a cabo una operación encaminada al golpe de Estado el pasado septiembre.El periódico Komsomolskaia Pravda, uno de los de más tirada de la URSS, publicaba ayer el testimonio anónimo de varios oficiales soviéticos que habían participado en movimientos de tropas en los alrededores de la capital. Estos testimonios ponían en entredicho las declaraciones del ministro de Defensa, quien, respondiendo a interpelaciones parlamentarias, había informado de la llegada a Moscú de un regimiento de paracaidistas de la provincia de Rizán y dos unidades más.

Estos contingentes de tropas se habían desplazado, según Yázov, para entrenarse antes del desfile del 7 de noviembre en la plaza Roja, para hacer maniobras y para recoger la cosecha de patatas.

El Gobierno ruso, que fue -el primero en interpelar a Yázov, no fue informado de las maniobras que se realizaban en su territorio. La inf6rmación que provocó los rumores de golpe de Estado vino de un militar, el coronel Serguéi Kudinov, quien había comentado los desplazamientos de tropas en una reunión del grupo político Rusia Democrática.

Komsomolskaia Pravda citaba a varios oficiales, según los cuales la entrega de municiones efectuada a los contingentes militares es un fenómeno poco habitual, tanto más si se trataba de entrenarlos para un desfile de gala.

Estado de alerta

Un oficial participante en la movilización contó, según Komsomolskaia Pravda, que en la noche del 10 al 11 de septiembre, dos regimientos de la división de paracaidistas de Pskov -provincia situada al noroeste de- Moscú- fueron puestos en estado de alarma y no se planeaba ninguna maniobra.Un primer grupo de la división mencionada fue trasladado por avión entre la una de la madrugada y las seis de la mañana a un aeropuerto de los alrededores de Moscú, donde pasó más de una jornada. Los paracaidistas se instalaron en un bosque cercano con la prohibición expresa de salir de ahí.

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Después fueron trasladados a otro aeropuerto a la provincia de Briansk. Los hombres iban vestidos con chalecos antibalas y llevaban provisiones para cuatro días. Un segundo grupo fue transportado por vía aérea al aeropuerto de Riazán.

El 10 de septiembre, cuando el regimiento llegó a Moscú, un oficial dio a entender que el contingente había llegado a la capital porque existía una conspiración civil para derrocar al Gobierno.

El 13 de septiembre, los soldados fueron vestidos con ropas de paisano. El 14 de septiembre se celebró en Moscú un mitin de las tuerzas democráticas, donde se pidió el cese del Gobierno soviético que dirige Nikolái Rizhkov.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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