González, pesimista sobre la crisis del Golfo tras reunirse con Bush

El presidente del Gobierno español se mostró ayer pesimista sobre las perspectivas del conflicto del Golfo. "Con los datos que hay sobre la mesa, el optimismo no es muy grande", declaró Felipe González tras entrevistarse anoche en Nueva York con el presidente norteamericano, George Bush. No obstante, González insistió en que no hay que ahorrar esfuerzos para mantener los escasos puentes de diálogo con Irak.

Horas antes de esta entrevista, Sadam Husein dirigió un nuevo discurso al pueblo árabe en el que habló de diálogo, pero al mismo tiempo hacía un llamamiento a la guerra santa "contra los infieles", es decir, contra las tropas extranjeras estacionadas en Arabia Saudí, país que alberga los santos lugares musulmanes.En un mensaje televisado con ocasión del aniversario del nacimiento de Mahoma, hace 580 años, el jefe del Estado iraquí aseguró que sus soldados están dispuestos para "defender la provincia de Kuwait" (país ocupado el pasado 2 de agosto) y que cualquier eventual negociación ha de pasar por la retirada previa de las tropas extranjeras presentes en el Golfo y la suspensión del bloqueo marítimo y aéreo impuesto por la ONU contra Irak.

La declaración de Sadam fue descrita por el jefe del Ejecutivo español como, aparentemente, tan "contradictoria" como los anteriores llamamientos a la guerra santa y los deseos expresados de no cerrar las últimas puertas. González comentó a los periodistas que Bush había agradecido la contribución española para la aplicación del embargo a Irak y que en ningún momento le solicitó que fueran incrementados los efectivos desplazados al Golfo. González expresó su coincidencia "sustancial" con la postura mantenida hasta ahora por Estados Unidos y comentó que el despliegue militar en la zona del conflicto no es imaginable "para un periodo de tiempo indefinido".

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