Amnistía pide que se ponga fin a los asesinatos de niños

Amnistía Internacional ha hecho público un informe en el que pide a los Gobiernos del mundo que pongan fin, a los asesinatos, torturas y encarcelamientos arbitrarios de decenas de miles de niños en todo el mundo, usados por ellos como peones en su estrategia para alcanzar objetivos políticos variados. Éstos van desde arrancar información a los padres de los menores a desarrollar campañas de intimidación en grupos de disidentes."Con demasiada frecuencia, los niños se convierten en víctimas simplemente por vivir donde viven o por quiénes son sus padres", denuncia Amnistía Internacional (Al). "En ocasiones, su sola edad les convierte en objetivo de ataques".

La organización de derechos humanos presenta un informe de casos de menores (desde meses hasta los 18 años) níaltratados y asesinados en todo el mundo desde finales de los años setenta hasta la fecha; de la guerra sucia argentina, donde sólo han emergido 49 de los 200 niños desaparecidos, y de las atrocidades de la guerra civil de Liberia. El Tercer Mundo ofrece una tremenda variedad de violaciones de derechos de menores, aunque Amnistía también condena a Estados Unidos por permitir la aplicación de la pena capital a delincuentes juveniles.

Los regímenes latinoamericanos, ya sean las dictaduras clásicas o las reinstauradas democracias, son letales para miles de niños, que, en las calles de Brasil, caen asesinados a razón de uno por'día a manos de escuadrones de la muerte. Enlos países donde hay actividad guerrillera (El Salvador, Guatemala, Perú), las fuerzas armadas usan a los niños como chivos expiatorios.

Israel e Irak destacan en el informe de Al. Aquél por los desmanes del Ejército en el trato de menores palestinos durante los casi tres años de Intifada, y éste, por el despiadado tratamiento, impartido por Sadam Husein a sus rivales y enemigos.

El informe de Al coincide con la celebración, el próximo fin de semana en la ONU, de una cumbre mundial sobre menores. Entre los más de 60 asistentes estará Margaret Thatcher, la primera ministra británica.