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"La ciencia-ficción pretende entender el mundo moderno"

David Pringle, editor de las revistas británicas Interzone y Foundation (especializadas en ciencia-ficción), se encuentra durante estos días en Barcelona para presentar un libro que, en cierto modo, es algo así como 100 libros. Se trata de Ciencia-ficción: Las cien mejores novelas, publicada por Minotauro. Pringle afirma que se trata "de una guía personal de un género que es un intento de entender el mundo moderno, muy condicionado por las nuevas tecnologías".

Pringle tuvo la idea de hacer esta especie de libro-catálogo de la ciencia-ficción hace unos seis años. Las limitaciones que se fijó de entrada eran dos: sólo tendría en cuenta novelas escritas en lengua inglesa y abarcaría el período comprendido entre 1949 y 1984."Quise incluir sólo las novelas de la posguerra, aunque para mí la ciencia-ficción nació a finales del siglo XIX", concreta Pringle, "y estuvo muy influida por los avances científicos de la época, en especial por la teoría de la evolución de Darwin. Está claro que H. G. Wells no habría escrito La máquina del tiempo sin Darwin. También los descubrimientos geológicos abrían las puertas a una observación del pasado y la, astronomía permitía echar un vistazo al futuro. A partir de estos avances, los autores podían crear una moderna mitología utilizando material científico".

La lista de las 100 mejores novelas de Pringle se inicia con 1984, de George Orwell, y se cierra con Neuromante, de William Gibson. Varios son los autores con más de una obra, como J. G. Ballard, Ursula K. Le Guin y Phillip K. Dick. Este último, con seis títulos, es el autor más citado. Dick es el autor de ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (1969), pasada a la pantalla con el título de Blade Runner.

Efectos ocultos

Puesto en el trance de escoger su novela preferida, Pringle apunta que podría ser La Tierra permanece, de George R. Stewart (1949), pero prefiere citar a los dos autores que más le interesan: Philip K. Dick y J. G. Ballard. De este último Pringle opina: "En su obra casi todo es ciencia ficción y sé que a él le gusta que le adscriban al género". "A Ballard", agrega, "le interesa mostrar los efectos ocultos de la tecnología sobre el individuo".Entre los autores extranjeros que admira, ausentes de la lista, Pringle cita al francés Jules Verne -"con él empieza todo"-, al alemán Kurt Lassewitz y al polaco Stanislaw Lem. En la lista de Pringle aparecen obras de autores que no se dedican sólo a la ciencia-ficción: La naranja mecánica, de Anthony Burguess, y de The alteration, de Kingsley Amis. "Es interesante comprobar que muchos escritores se aproximan a la ciencia-ficción", opina. "Es una manera- de entender el mundo moderno, las influencias de las nuevas tecnologías, del -mismo modo que el realismo mágico es también una manera de aproximarse al mundo real".

Banalización

Se lamenta Pringle de que la cíencia-ficción se ha banalizado últimamente con la realización de películas que insisten en una' visión juvenil del género (cita La guerra de las galaxias) y las historietas, que "han aportado un gran número de tópicos". "Ahora cuesta más encontrar algo fresco para escribir", comenta, "pero Ballard y Gibson lo consiguen".Pringle anda ahora lanzando una nueva revista, Million, que tratará la popular fiction. Se trata de investigar por qué a la gente le gustan esos libros de gran tirada. En este caso, la revista insistirá más en la novela negra, que es la que alcanza tiradas más altas. En el primer número de Million, Dick Francis, James Ellroy y Colin Dexter ocupan los honores de portada.

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