Cumbre de Bush y Gorbachov sobre el Golfo
El presidente norteamericano, George Bush, anunció ayer que el próximo domingo, 9 de septiembre, se reunirá en Heisinki (Finlandia) con el presidente soviético, Mijail Gorbachov, para analizar la grave situación política internacional creada en el golfo Pérsico tras la invasión de Kuwait por tropas iraquíes. El encuentro, que durará sólo unas horas, se producirá en un momento en que Gorbachov se muestra poco dispuesto a usar la fuerza y Bush se prepara para la guerra.
El presidente norteamericano anuncio su encuentro con Gorbachov en Kennebunkport (Maine) después de una jornada de pesca. Esta será la tercera entrevista entre ambos políticos y la primera ocasión en 50 años en que las dos superpotencias se sienten para discutir un tema militar, sin que existan recelos mutuos.Bush declaró que no existe una agenda sobre los temas que se trataran en esta cumbre y comentó que hablaría con Gorbachov de "asuntos relacionados con el control de armas". Bush, que quiso restar importancia a su viaje a Finlandia, reconoció, sin embargo, que el tema principal de la reunión de Helsinki será "el Oriente Próximo y la crisis del Golfo".
El presidente declaró que la cumbre de Helsinki representará "el primero de la serie de encuéntros que planeamos con los soviéticos al término de la cumbre de Washington y esta puede ser una buena ocasión para iniciarlos". Bush explicó además que no estaba preocupado por el papel de mediador que pueda jugar Moscú en el conflicto del Golfo. El presidente dijo que estaba satisfecho con los intentos soviéticos para solucionar la crisis y que la reunión de Helsinki no estaría provocada por ninguna preocupación de Washington.
La cumbre de Helsinki representará el punto álgido de las gestiones diplomáticas emprendidas por Washington para solucionar pacíficamente el conflicto del golfo. Brent Scowcroft, consejero de Seguridad Nacional de Bush, declaró ayer que la cumbre será llutil" y que "hay muchos temas de los que ambos [Bush y Gorbachov] pueden hablar".
Bush se ha reunido en tres ocasiones con Gorbachov desde que accedió a la presidencia en enero de 1989. Su último encuentro se celebró el pasado mes de junio en Washington, donde ambos discutieron temas bilaterales. Nadie podía prever entonces que la situación del mundo iba a complícarse y que por primera vez en 50 años la Unión Soviética y EEUU iban a condenar conjuntamente la acción militar de un tercer país.
Fuentes de la Casa Blanca aseguraron ayer que los dos líderes no han hablado telefónicamente desde el inicio de la crisis, a principios del mes de agosto. Sin embargo, el Secretario de Estado norteamericano, James Baker, y el ministro de Asuntos Exteriores soviético, Eduard Shevardnaze, han tratado sobre este asunto en numerosas ocasiones a lo largo de las últimas cuatro semanas.
Regreso de Sununu
Las informaciones sobre una posible cumbre en Helsinki entre los líderes de ambas potencias saltaron el viernes por la noche en Moscú, pocas horas después de que el jefe del gabinete de la Casa Blanca, John Susunu, abandonara la capital sovíetica tras haber permanecido en la URSS una semana.
Suminu viajó a Moscú invitado personalmente por el presidente Gorbachov para que estructurara su oficina del Krenilin. El viaje se había programado con anterioridad a la invasión de Kuwait por tropas iraquíes. La invitación se formuló oficialmente el pasado mes de junio, días después de que finalizara la cumbre de Washington. Susunu, el duro del gabinete del presidente Bush y su hombre de confianza, se encontraba ayer en Londres, donde debía tomar un avión con direccion a Boston.
La postura soviética quedó claramente definida el pasado viernes durante una conferencia de Prensa de Gorbachov. El líder soviético, que calificó la situación del Golfo como "explosiva", explicó que hay que agotar la vía diplomática para alcanzar una solución pacifica. Tras calificar de "inaceptable" la invasión de Kuwait por tropas iraquiés, Gorbachov dijo que "todos necesitamos actuar con responsabilidad". El presidente soviético también se mostró partidario de que ninguna de las dos partes usara "un error del otro bando para provocar un enfrentamiento".
La postura común de las dos superpotencias en el conflicto del golfo Pérsico ha sido calificado de forma oficiosa en Washington como "el primer acuerdo de la posguerra fría". El voto de la Unión Soviética a favor de la resolución condenatoria de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sorprendió en EE UU, así como la negativa soviética a seguir enviando armas a Irak, su principal cliente.
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