Cierto olor a podrido
Ingresada una mujer que vivía con ocho perros rodeada de basura
Los servicios del Ayuntamiento intervinieron ayer una vivienda de la calle del Cardenal Cisneros donde vivía una mujer, M. C. N. B., rodeada de desperdicios, en compañía de su hijo y de ocho perros y otros tantos gatos. Hace 10 años comenzaron las denuncias de los vecinos contra "los problemas que nos causaba esta mujer con sus guarrerías", según manifestó un vecino, extrañado por la lentitud de reacción de la administración. "Hace unos años ya vinieron y se la llevaron.
En aquella ocasión, los servicios intervinieron e'n el domicilio de la mujer que convivía con 12 perros y la ingresaron en un hospital. "Luego la soltaron y volvió a las mismas", añade uno de los vecinos.La escalada de suciedad y excrementos fue ocupando los rincones de la casa de María del Carmen a partir de la muerte de su madre, "la señora Paula", que hasta hace 15 años cuidaba de ella.
María del Carmen vive desde entonces gracias a la pensión que le dejó su padre, trabajador de Correos en la misma casa en la que nació.
Cuando ayer por la mañana llegaron los representantes del Ayuntamiento con la orden judicial, la mujer estaba agazapada en el descansillo de la escalera y surgió como "una aparición". Respecto a la posible perturbación mental de la mujer, los vecinos manifestaron que más que estar loca "se hace la tonta para seguir creándonos problemas a todos los demás, porque es que a los perros ni siquiera los sacaba para que hicieran sus cosas en la calle".
Camión de desperdicios
Los representantes del Ayuntamiento acudieron con un mandamiento judicial para sacar a la mujer, de unos 50 años, que fue trasladada al hospital Clínico para que se le efectúe un examen psiquiátrico.Según responsables del Ayuntamiento, su hijo, mulato de unos 20 años que aparentemente padece algún tipo de retraso, fue recogido por asistentes sociales del Ayuntamiento, mientras que los ocho perros salieron en dirección a la perrera municipal. Los gatos ni siquiera pudieron ser capturados cuando se cargó el primer camión con desperdicios, ya que se ocultaban en la basura restante.
Según testigos presenciales, el aire era irrespirable debido al olor de las defecaciones animales, lo que había provocado la protesta de numerosos vecinos del inmueble. Los trabajadores del Ayuntamiento utilizaron máscaras para poder acabar su trabajo entre muebles destrozados y maullidos de gatos acorralados. Sin embargo, la cantidad de desperdicios acumulados por la mujer han hecho necesario que se prolonguen los trabajos al menos durante un día más.
El pasado mes de junio se retiraron de una vivienda de Parla 10.000 kilos de basura. En la casa vivía un matrimonio y sus hijos de 16 y.20 años desde hacía 5 años.
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