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¿A quién le importa el bosque?

El descuido y los conflictos con el Estado originan la mayor parte de los incendios

Litigios de tipo laboral o económico que afectan a particulares son con frecuencia la causa oculta de la aparición de inesperados incendiarios que todos los veranos recurren al fuego para dirimir sus diferencias con el Estado. A ello se une la desvinculación de los habitantes de las zonas afectadas de unos bosques que no les proporcionan beneficios. Los cambios de hábitos en la España verde favorecen estas conductas aviesas. La acción de pirómanos enfermizos, el argumento más a mano para justificar las llamas, es pura anécdota, según los expertos.

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Los datos alarmantes que registra la actual campaña demuestran por sí solos que el esfuerzo presupuestario del Instituto para la Conservación de la Naturaleza (Icona), que destina este año 18.265 millones de Ve setas a la lucha contra el fuego, resulta insuficiente. El número de incendios de gran magnitud (unos 7.000) registrados en lo que va de año, que han afecta do a alrededor de 100.000 hectáreas, no dibuja un panorama alentador. "Estamos ganándole la batalla a las llamas, pero los de la cerilla van por delante de nosotros", reconoce Santiago Marraco, director del Icona.La casuística del fuego en el monte varía en cada comunidad autónoma. Por ello, Santiago Martín Barajas, ingeniero agronomo y vicepresidente de la Coordinadora de Organizaciones de Defensa Ambiental (CODA), se muestra reticente ante las campañas de mentalización "elaboradas desde un despacho en Madrid, con carácter de uniformidad para todo el país". "La única forma de evitar que ardan los montes es buscando fórmulas para su gestión integradora. Resulta curioso que en Cataluña y en Madrid se quemen siempre terrenos sobre los que gravitan intereses urbanizadores, mientras en Galicia el fuego lo destruye todo menos una zona del centro de La Coruña, donde los bosques son comunales. Además, no se recuerdan incendios en aquellos pinares de Cuenca, Soria o Burgos donde su explotación revierte en los lugareños", señala Martín Barajas. Según el mismo, vecinos de un pueblo de Madrid quemaron un monte porque el Icona contrató para los retenes de vigilancia a personal en paro del Inem de fuera de la localidad.

En el Principado de Asturias ya se han puesto en marcha experiencias para vincular al campesino en la gestión del monte público. Un plan ecológico de urgente restauración forestal ha permitido que los vecinos se beneficien de la explotación del pinar mediante convenios con los ayuntamientos. "Estamos convencidos de que el mejor método para que cualquier paisano entienda de verdad que el monte es de todos pasa por concederle la gestión controlada del mismo", declaró Fermín Sastre, director regional de Interior del Principado. Los incendios han afectado en lo que va de año en esta región a unas 5.500 hectáreas de superficie, frente a las 33.000 del año pasado.

El director general de Medio Ambiente de la comunidad autónoma de Canarias, Víctor Pérez Borrego, se lamenta de los incendios registrados en la primera quincena de agosto en las islas, que "han tirado por tierra todos nuestros planes". Pérez Borrego admite la necesidad de dialogar con los vecinos para evitar situaciones encona das con la Administración, y no descarta que algunos conflictos laborales con el personal contra incendios o la prohibición de la caza mayor (arruis y muflones) en los parques nacionales hayan activado la mano anónima del fuego.

A pesar del esfuerzo económico y de coordinación de la Junta de Andalucía, los resultados no son satisfactorios. Hasta la primera quincena de agosto, el número de incendios era superior (827) al del mismo periodo del año anterior (652), s bien la superficie afectada es menor.

Para el presidente del Patronato del Parque Nacional del Teide, el biólogo Walfredo Wildpret, la cifra elevada de incendios que se registra en España se debe en buena medida a un problema de "incultura democrática". "No es difícil encontrar a grupos de excursionistas domingueros asando carne en medio de la reserva forestal sin importarles para nada el cartel que lo prohíbe. Yo no creo en los pirómanos, sino en el descuido o la mala fe", declaró.

[La detención de dos personas en Galicia acusadas de provocar incendios forestales -casi 2.300 en lo que va de agosto- eleva a ocho el número de presuntos pirómanos capturados en los dos últimos días y 64 desde el inicio del año, informa Xosé Hermida. No existen pistas sobre la existencia de una supuesta banda organizada dedicada a prender fuego a los bosques, y la mayoría de los detenidos afirma que no pretendían quemar el monte].

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