Los socialdemocratas de la RDA rechazan la fecha del 14 de octubre para la unificación alemana
El grupo parlamentario socialdemócrata (SPD) en el Parlamento de Alemania Oriental, cuyos votos son indispensables para aprobar una petición deadhesión a la República Federal de Alemania (RFA), rechazó ano che la fecha del 14 de octubre para la unificación.Según un acuerdo previo de los partidos con representación parlamentaria de la República Democrática Alemana, a excepción de los comunistas renova dos y Alianza 90, la unificación de los dos Estados alemanes tendría lugar el próximo 14 de octubre. La elección de esa fecha para la celebración de las elecciones en los cinco Estados federados en que se reestructurará la RDA había sido acogida favorablemente por el canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Kohl, que reunió ayer en Bonn a su Gabinete tras haber acortado sus vacaciones por la crisis de Gobierno en Berlín Oriental.
El ministro presidente, el democristiano Lothar de Maiziere, anunció ayer que la Volkskammer (el Parlamento de la RDA) celebrará una sesión especial el 9 de octubre en la que se votará la accesión a la RFA, amparándose en el artículo 23 de su ley fundamental, que contempla que "cualquier territorio alemán" puede pedir su integración.
La fecha del 9 de octubre ha sido escogida, según De Malziere, porque conmemora el primer aniversario de la decisión de no dispersar por la fuerza la manifestación celebrada en Leipzig, y que se considera como el punto de inflexión de la revolución pacífica que derrocó en otoño pasa do al régimen comunista.
"Claridad"
"Éste es un paso que aporta claridad al pueblo de las dos parte de Alemania", dijo Kohl tras la reunión de su Gabinete en Bonn. Tras los rumores desatados el pasado fin de semana, en los que se apuntaba incluso a que la Volkskammer hubiera podido pedir ayer su adhesión a la RFA, el sentido común parece haberse impuesto.
El reciente viaje del ministro de Exteriores, Hans Dietrich Genscher, a Moscú para preparar la cuarta sesión de la conferencia dos más cuatro, que tendrá lugar en la capital soviética el 12 de septiembre, parece haber solucíonado los últimos obstáculos para que las cuatro potencias vencedoras de la II Guerra Mundial devuelvan su plena soberanía a Alemania.
A De Maiziere, cuyo Gobierno ni siquiera cuenta con mayoría simple en la Volkskammer, le queda la difícil misión de conseguir convencer a los socialdemócratas, a los que prácticamente echó del Gobierno, para llegar a un acuerdo sobre el segundo tratado de unificación, y evitar que ésta se produzca de facto, asumiendo Bonn todas las funciones y perdiendo la posibilidad de obtener algunos beneficios y mayores plazos a la hora de aplicar la legislación federal. Anuncio de estas dificultades es el rechazo del 14 de octubre.
La unificación significará también la integración de la RDA en la CE, lo que supone otro gran volumen de legislación transitoria. Dado el caos en el Gobierno de Berlín Oriental, donde hasta el primer ministro ha tenido que asumir la vacante cartera de Exteriores, no parece que el Gobierno de De Maiziere esté ahora en condiciones de enfrentarse a la complejidad de la normativa comunitaria.
La dimisión de Reiner Gohlke, el presidente del Treuhandanstalt, el holding estatal encargado de la privatización de las grandes empresas públicas, añade un dato más al catastrófico estado de la economía al otro lado del Elba.
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