Dos funcionarios de la ONU, a Bagdad para interceder por los retenidos
El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Javier Pérez de Cuéllar, anunció ayer en Lima (Perú) que dos altos funcionarios de la ONU se desplazarán a Bagdad para tratar de solucionar el problema creado por los extranjeros que se hallan en Irak y Kuwait, atrapados por el conflicto del golfo Pérsico.Los dos negociadores de la ONU, cuya llegada a la capital iraquí está prevista para hoy, lunes, son Virendra Dayao,jefa del gabinete del secretario general, y Kofi Annan, un interventor de la ONU. Pérez de Cuéllar ha declarado que ambos funcionarios deberán "tomar contacto con las autoridades iraquíes para estudiar la mejor solución al asunto
Esta acción es la respuesta de Pérez de Cuéllar a la petición que le transmitió el Consejo de Seguridad para que adoptara "los pasos apropiados" para resolver la situación. Funcionarios de la ONU opinan que esta misión deberá eliminar tensiones y abrir una negociación que permita el regreso a casa de los extranjeros atrapados en la zona. Hay quien confía en que esta misión puede desbloquear el problema y que Pérez de Cuéllar podría convencer a Bagdad para que diera luz verde a los extranjeros, utilizando las relaciones amistosas que entabló con las autoridades de Irak cuando medió en el conflicto de este país con Irán.
Consejo de Seguridad
El Consejo de Seguridad, que se enfrenta a la peor crisis desde los años de la guerra fría, no cree que este terna pueda solucionarse con simple amistad. El sábado, el Consejo, que ha permanecido reunido durante todo el fin de semana, adoptó unánimemente una resolución en la que solicitaba a Irak la salida inmediata de los extranjeros detenidos en Irak y Kuwait y pedía al Gobierno de Sadam Husein que no hiciera nada que pudiera poner en peligro la vida, la seguridad o la salud de esas personas. Esta resolución fue adoptada por las 15 naciones que componen el Consejo de Seguridad horas antes del anuncio de Pérez de Cuéllar, y fue también la respuesta al anuncio iraquí de que seguirá siendo el "anfitrión" de los ciudadanos extranjeros hasta que cese el bloqueo internacional. El Gobierno iraquí ordenó ayer de nuevo a los ciudadanos estadounidenses, británicos y australianos en Kuwait que se concentraran en tres hoteles. Las autoridades del Reino Unido aconsejaron inmediatamente a sus nacionales, desde Londres, que no obedecieran la orden y permanecieran en sus casas, aunque recomendó que no opusieran resistencia ante la policía o el Ejército iraquíes. El mismo consejo formularon a sus ciudadano los gobiernos de Bélgica y Suiza. El Departamento de Estado de Estados Unidos no hizo recomendaciones, aunque un portavoz declaró que "no se ordenará a los norteamericanos que obedezcan las instrucciones de Bagdad".
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