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El Defensor del Pueblo critica los privilegios de Tejero en prisión

El defensor del pueblo, Álvaro Gil-Robles, ha denunciado, en su último informe anual a las Cortes, las condiciones privilegiadas en que cumple su condena de 30 años de cárcel por rebelión militar el ex teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero Molina, único de los condenados por el 23-F que sigue en prisión. Tras criticar las condiciones de algunas celdas de las cárceles militares, que "no reúnen las condiciones precisas o carecen de material necesario para una digna reclusión de personas", el documento del Defensor del Pueblo agrega: "Esta situación tiene su contraste con la detectada en otras prisiones, como la de Figueras, en la que un interno procedente del empleo de jefe, además de su habitación individual, tenía otra a su disposición para estudio de pintura y proyección de películas de vídeo".Aunque el informe no cita explícitamente a Tejero, y por eso la alusión ha pasado inadvertida en el Parlamento, fuentes de la.institución que dirige Gil-Robles admitieron que el "interno procedente del empleo de jefe" es el antiguo guardia civil golpista, encarcelado en el castillo de San Fernando, de Figueres (Gerona). Esta prisión, según el documento del Defensor del Pueblo, "reúne un aceptable estado de conservación y normales condiciones de habitabilidad"; dispone de "un amplio jardín, que tiene anexo un espacio para la práctica de actividades deportivas", así como "salas de visitas, de televisión, biblioteca, enfermería, capilla y gimnasio, y una cocina para elaborarse sus propias comidas".

El informe agrega que las celdas de Figueres cuentan "con la dotación de muebles suficiente y agua caliente y calefacción", y que los internos no disfrutan de permisos de salida debido al reglamento penitenciario militar, pero, en cambio, no tienen restricción alguna "en cuanto a la recepción de visitas o la utilización del teléfono".

Una de las críticas que formula Gil-Robles en su informe sobre las cárceles militares se refiere al hecho de que algunos jóvenes cumplan el servicio militar atendiendo a oficiales y suboficiales presos. Respecto a la prisión de Figueres, señala que, cuando la visitó el Defensor del Pueblo, soldados de reemplazo servían "de asistentes a los militares recluidos". Tras describir otros casos similares, concluye que "algunos soldados realizan labores de cocina, limpieza de las celdas, asistencia a oficiales y suboficiales, etcétera, todas ellas impropias del servicio que constitucionalmente les es exigido de manera obligatoria". Página 13

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