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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Todos 'molan'

¿Molan los chinos? Molan, son buena gente, tan bajitos y amarillitos ellos. ¿Molan los negros? Molan, son buena gente, tan oscuritos, tan bien dotados para el deporte y con tantísimo atributo para lo que no es exactamente el deporte. ¿Molan los pobres? Molan, son buena gente, tan flaquitos ellos y tan mal afeitados. Y nosotros aquí, llorando cada día, hoy, ahora, de rabia y de impotencia, porque mueren a puñados, matan a muchos chinitos, negritos y pobres en Tiananmen, en Johanesburgo, en Etiopía, y aquí, a nuestros viejitos, con las pensiones de miseria y todo eso. Y lo peor no es que lloremos, sino que de alguna manera nos hacemos cómplices de estas horribles matanzas actuales nosotros, españolitos, europeítos que no hacemos nada para combatir tanta barbarie, tanta matanza neonazi total de nuestros brothers de todos los colores, de todos los credos, de todas las razas. ¿Molan los rumanos? Pues claro que molan, ¡caramba!, son buena gente, tan explotados y oprimidos durante tantos años por el canalla del camarada Ceausescu ése, su señora y toda su parentela, que tenían además a miles de inocentes chiquitines hacinados en unos hospitales asquerosos.¿Molan los judíos? Claro que molan (molamos, puesto que yo también lo soy). Somos buena gente los sacrificados hijos de David, perseguidos y requeteperseguidos durante siglos y siglos de intolerancia, desde la época bochornosa de los obispos paletos y macarras de la Santa Inquisición hasta el casi exterminio a que fuimos condenados por los putos nazis.

¿Molan los árabes? Molan, molan muchísimo y lo pasan fatal todos esos cientos de niños palestinos apaleados salvajemente por algunos sionistas malos.

Y la historia de todos estos genocidios, los pasados y los presentes, es siempre la misma: la intolerancia, la imbecilidad seudohumana que bien quisiera despersonalizar a los hombres, uniformarnos a todos, hacernos compinches del desparrame homicida del poder, de la política, de la jerarquía, del machismo, del racismo, del consumismo o del jodio comunismo que en paz descanse.

Y si todos molan (hasta los alemanes de ahora, con su unificación recién estrenada), ¿qué cojones estamos haciendo con querellas y pleitos? El ridículo, el ridículo plus espantoso. Esto es lo que estáis haciendo los que todavía no habéis leído, porque no sabéis leer o por lo que sea, el alegato terrible contra el cinismo (digo el nazismo) que es el álbum del Vuillemin y el Gourio.

Dejémonos, pues, de gilipolleces: los judíos molan; los que no molan son los de siempre: el Estao, su cuñao y su primo, o algún que otro "monstruo abyecto políticamente turbio" (Vuillemin dixit, Hitler=SS) a quien se le ha ocurrido la tenebrosa idea de matar a la gente de aburrimiento para ampliar el repertorio de las formas de matar en masa.- Lucio González.

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