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LA LIDIA / FERIA DE ANTEQUERA

Triunfalismo

Soplaba el viento en Antequera. Estorbó y faltó poco para la pulmonía. Porque la parroquia no venía preparada con ropa de abrigo. Pero como Antequera es plaza de merienda a mitad de la corrida, suplió la falta de abrigo con ricos platos. Sólo faltó el vendedor de coñá.No graduó bien el presidente los premios. Pudiera parecer que los tres jóvenes novilleros habían realizado faenas memorables. No fue así. Toreo de verdad; dominador, sin trampa ni cartón, sólo tuvo un artífice: Finito de, Córdoba. Y no fue sólo la faena al cuarto novillo, en la que le otorgaron hasta el rabo, sino que también en su primero, cuando el viento más .soplaba, acertó en dos estupendas series con la mano derecha, con la suerte cargada, perfectamente ligadas y rematadas. En la tanda de naturales bajó la calidad, pues en algunos embarcó con el pico. El público estuvo frío con él, pues, aunque no acertó con el estoque, bien mereció la faena una vuelta al ruedo. En el cuarto Finito toreó con soberano mando sobre la mano diestra. Aquí también los naturales aunque bien embarcado el novillo, tuvieron trayectoria más corta. Mejor factura acusaron los que dio de frente a pies juntos. Ayudados por bajo y por alto, y un trincherazo, todo muy ligado, redondearon una gran faena.

Cebada / Finito, Jesulín, Chiquilín, Buendía

Novillos de Cebada Gago, bien presentados, bravos y nobles. Finito de Córdoba: estocada que asoma, pinchazo y descabello (ovación); estocada (dos orejas y rabo)Jesulín de Ubrique: tres pinchazos y tres descabellos (ovación); media y descabello (dos orejas). Chiquilín: pinchazo y estocada (dos orejas) ; dos pinchazos y estocada (ovación). Un toro para rejoneo de Joaquín Buendía, bravo. Javier Buendía: pinchazo y rejonazo caído (oreja). Plaza de Antequera, 8 de agosto. Primera de feria. Media entrada.

Jesulín tropezó con la poca fuerza de su segundo enemigo. Cuando le bajaba la mano se caía. De ahí que en la segunda parte de la faena optara por el péndulo, un solo muletazo con cada mano, todo ello de rápido impacto pero escasa concordancia con el toreo clásico.

Chiquilín hay que asociarlo al estilo manoletista. Toreo de perfil, pies juntos, muleta retrasada y mucha ligazón. Los muletazos, de trayectoria más corta. Tiene personalidad y mucho que aprender.

Lo más destacado de la actuación del rejoneador Javier Buendía fue el temple con que llevó encelado, auxiliado por la garrocha, a su enemigo; el tercer par de banderillas y el segundo rejón, de frente. Con el de muerte, al segundo intento, dejó uno caído que bastó.

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