"Nosotros debemos decidir el futuro de Ceuta y Melilla"
Mohamed Bucetta, de 67 años, es un político con tablas, de los de la vieja usanza. La polémica la ha iniciado él, afablemente desde el fondo del sofá de su despacho, en la sede central del partido de oposición marroquí (Istiqlal), en Rabat, cuando ha consultado el cuestionario. Se ha detenido por un instante en la palabra dulce -"¿las dulces relaciones entre España y Marruecos no se pueden ver distorsionadas con su amenaza de una marcha verde sobre Ceuta y Melilla, señor Bucetta?"- y ha sonreído. Ha ladeado la cabeza, ha apretado los labios y ha repetido varias veces, en voz baja, la palabra dulce, para acabar asegurando que se trata de una palabra mal utilizada en francés.
Mohamed Bucetta está protagonizando este verano una polémica muy importante. El y su partido -Istiqlal- se han convertido en motor de una campaña en pro de la liberación de Ceuta y Melilla. La primera movilización se efectuó en Nador, coincidiendo con el aniversario del desastre de Annual, donde las tropas españolas fueron derrotadas por el guerrillero independentista Abdelkrim. Bucetta se encontraba ese día muy lejos de Nador, en Argel, junto al rey Hassan II, en la apertura de la cumbre de la Unión Magrebí Árabe (UMA). Hoy, sábado, protagonizará una marcha simbólica hacia Ceuta.
Pregunta. En febrero de 1986, un periodista de EL PAÍS le preguntaba en una entrevista si no consideraba excesiva la campaña que su partido estaba haciendo con respecto al litigio de Ceuta y Melilla. Cuatro años después, la pregunta continúa siendo la misma.
Respuesta. Y la respuesta también. La situación de Ceuta y Melilla no ha cambiado; es decir, constituye un territorio de soberanía marroquí. Pero además quisiera puntualizar que no se trata de una campaña de reivindicación, sino de la reafirmacíón de una posición histórica fundamental, ya que el tema en discusión es la integridad territorial de nuestro país. Hay otro aspecto fundamental, ya que se trata de buscar una solución para un problema colonial. Por todo ello es inadecuado referirse a nuestra posición con los calificativos de excesiva o moderada. Insisto, se trata de nuestra soberanía.
El Istiqlal ha reanudado en este preciso momento la defensa de sus reivindicaciones al constatar que varios partidos políticos españoles, incluido el PSOE, han impulsado ante las Cortes un proyecto de integración total y de autonomía para Ceuta y Melilla, en un proceso similar al utilizado en otras regiones de Espafia. Pero con Ceuta y Melilla no cabe esta posibilidad, son territorios marroquíes y nos concierne a nosotros decidir su futuro. Estamos contra el proyecto. Y utilizaremos todos los medios para oponernos a ello.
Programa de partido
P. Varios partidos políticos marroquíes consideran que la campaña política sobre Ceuta y Melilla tiene un único objetivo: reforzar el partido Istiq1al y favorecer la organización para que pueda volver a ocupar un lugar en el Gobierno.
R. Es un análisis erróneo. Nuestro partido no tiene necesidad de repetir una y otra vez su opinión respecto a Ceuta y Melilla para conseguir su reforzamiento. El partido, sin embargo, se refuerza organizando los cuadros y orientándolos de manera adecuada para que puedan enfrentarse a los problemas económicos y sociales y colocando a los militantes en una situación idónea que les permita aplicar el programa del partido. En este contexto y dentro de este programa se encuentra el tema de Ceuta y Melilla. Una cuestión que ocupa un lugar fundamental en nuestro programa. Pero además debo decir que abandonamos el Gobierno por razones que nada tienen que ver con Ceuta y Melilla.
P. En 1985, usted hizo ya unas declaraciones en las que hablaba de la necesidad de llevar a término una marcha verde sobre Ceuta y Melilla. Durante estos últimos cinco años ha continuado insistiendo sobre esta marcha verde. Pero hasta ahora no ha pasado nada. ¿Es una cuestión de prudencia o un fracaso?
R. Efectivamente, en 1985 hablamos ya de esta posibilidad, pero sólo como una hipótesis. Nosotros queremos arreglar el tema de Ceuta y Melilla con los medios más adecuados, como son el acuerdo y la cooperación. Pero si estas vías fracasan y hace falta, utilizaremos otros métodos, entre los que se encuentra una marcha verde como la realizada en el Sáhara. Y si llega la ocasión, el Istiqlal será el primero en convocarla y encabezarla. Hay, pues, una perfecta continuidad y coherencia en nuestros criterios y en nuestra acción política.
P. Las relaciones entre España y Marruecos pasan por un momento muy dulce. ¿No cree usted que hablar ahora de una marcha verde podría distorsionar esta buena relación existente entre los dos países?
R. Voy a contestarle francamente. Si no se arregla el problema de Ceuta y Melilla, estas relaciones que usted llama dulces se convertirán en amargas. Creemos que es necesario adoptar una política de largo plazo. Queremos relaciones sólidas, de futuro, fuertes y, sobre todo, de solidaridad activa, con las que se puedan abordar los problemas económicos, sociales, culturales, de defensa o internacionales. No hay que tener relaciones únicamente de fachada, con la finalidad de decir que son dulces. Hacen falta relaciones más profundas. Basadas en la claridad y no en la ambigüedad.
Tengo que añadir que para nosotros España es un país vecino al que necesitamos. Pero España no puede continuar viviendo a finales del siglo XX con esquemas del siglo pasado. Sobre todo ahora que en el mundo entero se están arreglando y zanjando los contenciosos coloniales. Pero además hay otro problema pendiente. En los próximos dos años, Europa quedará oficialmente definida. ¿Cuáles serán entonces los límites con los que España se presentará en esta Europa? Habrá también que solucionar antes el tema de Ceuta y Melilla si queremos hablar de la seguridad en el Mediterráneo. La liberación de Ceuta y Melilla permitirá una buena relación de futuro entre ambos países.
Relaciones con España
P. Usted es un hombre valiente y decidido a pesar de su edad. Entre 1978 y 1983 ocupó la cartera de Asuntos Exteriores. En aquellos años, mucho más joven que ahora, se ganó un sólido prestigio como político reflexivo y tranquilo, que dedicó grandes esfuerzos por establecer buenas relaciones con España. ¿Cómo se explica que ahora, cuando se aproxima su jubilación, se comporte de manera menos flexible?
R. Desde 1983 sólo han pasado siete años. Entonces tenía 60 años. Ahora tengo 67. Por tanto, entonces ya era un viejo. Pero, al margen de las edades, soy una persona a la que siempre le ha gustado reflexionar. Pero le aseguro que soy un hombre que no cambia y no duda cuando se trata de reflexionar sobre principios fundamentales Sea antes de 1983 o después de ser ministro de Exteriores, mi posición. y la del partido Istiqlal, de ¡a que soy responsable con respecto al tema de Ceuta y Melilla, ha sido siempre clara. Efectivamente he hecho mucho y continuaré haciendo muchas cosas para fomentar las buenas relaciones con España. Es un país que amo. Cuanto más me acerco a la jubilación, más me duele que estos pequeños problemas no se hayan arreglado ya, y poder disfrutar de estas buenas relaciones que deseo para con España.
Recordemos que la construcción de Europa está en puertas y que España debe jugar un papel importante en ella. Debe tener también un papel importante para la seguridad en el Mediterráneo y en el estrecho de Gibraltar. En nuestra opinión, España debe tener buenas relaciones con el mundo árabe y con los países africanos y sólo estas relaciones serán más sólidas sí a su vez tiene buenas relaciones con Marruecos. Basta ya de relaciones ambiguas. Esto es lo único que lamento. He trabajado durante más de 20 años para lograr unas buenas relaciones.
P. No considera que el problema de Ceuta y Melilla debiera ser examinado y resuelto dentro de un contexto más amplio, como el de la seguridad del Mediterráneo o el de Gibraltar.
R. Efectivamente el problema de Ceuta y Melilla debe ser resuelto en el marco del Mediterráneo, de Gibraltar, de Europa y de África del norte. Gibraltar es un territorio español que debe ser devuelto a España. De la misma manera que Ceuta y Melilla son territorios marroquíes que deben ser devueltos a Marruecos. Y cuanto antes mejor.
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