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Fujimori revoluciona Perú, pero persiste la incertidumbre económica

El nuevo presidente de Perú, Alberto Fujimori, de 52 años, a las pocas horas de iniciar su mandato, ha lanzado una imagen de firmeza a la sociedad con la destitución de dos altos mandos de la Marina y la Aviación, una descalificación total de la justicia peruana, una oferta de diálogo a la guerrilla y el anuncio de persecución, "cualquiera que sea el causante", de los crímenes contra los derechos humanos. Sin embargo, la incertidumbre sigue abierta sobre el programa económico del nuevo Gobierno, que ha decretado el cierre de los bancos durante dos días para poner en marcha sus primeras medidas.

Fujimori ha irrumpido como un auténtico kamikaze en la presidencia de Perú. En su primera aparición ante la prensa, el domingo por la tarde en el palacio presidencial de Lima, Fujimori reforzó la impresión causada en su discurso de toma de posesión, el sábado al mediodía, ante el Congreso.

A las pocas horas de su toma de posesión, la cúpula de la Marina y la Aviación había quedado descabezada con la destitución de sus comandantes en jefe. Sobre el jefe de la Aviación, general del Aire Germán Vucetich, se cernía un tufo de corrupción. La Marina, el arma tradicionalmente más conservadora en Perú, había conspirado y manifestado su descontento con Fujimori por tratarse de un peruano de primera generación.

Relevos

Ser hijo de japoneses habría impedido a Fujimori ser marino, pero no llegar a la presidencia y, por consiguiente, al mando supremo de las Fuerzas Armadas. La destitución del almirante Alfonso Panizo y su envío a Washington se interpreta en Lima como una respuesta a la mala acogida que tuvo en la Marina la elección de Fujimori.Ante los periodistas, Fujimori no quiso dar explicaciones sobre las destituciones. Como si quisiera dar la razón a quienes lo conocen de sus tiempos de rector universitario y le caracterizan como un autoritario, Fujimori zanjó el tema con estas palabras: "El presidente de la República no tiene que dar absolutamente ninguna explicación. Son decisiones que se toman en el más alto nivel y de conformidad con los mandatos de la Constitución".

Sobre la justicia, Fujimori parece haber asumido el papel de defensor del pueblo. A la objeción de que el presidente de la Corte Suprema había considerado injustas sus críticas en el mensaje de toma de posesión reafirmó su calificativo de "palacio de la injusticia" para la sede de los tribunales, y añadió: "Ya es hora de que digamos las cosas por su nombre".

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Al hablar del terrorismo en Perú, Fujimori repitió su argumento de que la causa fundamental es la "violencia estructural". Aseguró que tratará con transparencia y "sin pelos en la lengua" el problema de la subversión, y se mostró dispuesto a establecer un diálogo sin condiciones.

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