Robinson, alumno de Oxford y todoterreno de la política

REUTER Arthur Napoleon Raymond Robinson, de 63 años, se propuso desde que accedió al poder en Trinidad y Tobago, en 1986, dos importantes retos: el crecimiento económico de la isla y la superación de las divisiones raciales.

Robinson ganó las elecciones con el apoyo de los partidos que agrupan a las etnias africanas e indias. Sin embargo, desde hace dos años se ha granjeado la oposición de los indios (el 40% de la población) después de haber destituido a dos ministros de esta etnia que habían criticado su gestión autoritaria de gobierno.

El primer ministro es descendiente de africanos y estudió en la Universidad de Oxford. Su carisma y su programa político están de capa caída y una reciente encuesta estableció la posibilidad de que el recién creado Congreso de la Unidad Nacional podría hacer perder el poder a Robinson y a su Alianza para la Reconstrucción en las previstas elecciones legislativas de 1991.

El programa de diversificación económica que propuso Robinson no llegó a cuajar, porque basado en el petroleo, no pudo llevarse a cabo después de la bajada de los precios durante la década de los 80. Robinson desempeñó por dos veces cargos en el gobierno de las islas, antes de llegar a primer ministro. Entre 1961 y 1966 fue ministro de Finanzas y desde este último año hasta 1970 desempeñó la cartera de Exteriores.

Sus discrepancias con el Movimiento Nacional del Pueblo (MNP) empezaron con los disturbios de 1970, que ocasionaron la implantación de la ley marcial. A partir de 1983 se formó una coalición de cuatro partidos que le llevaría a la jefatura del Gobierno.