Nietzsche, el músico

Universidad Complutense y Patrimonio Nacional Orquesta y Coro de RTVE. Director: Arpad Joo. Obras de Nietzsche y Beethoven. Monasterio de El Escorial, 26 de julio.

La Universidad Complutense y el Patrimonio Nacional celebraron el jueves, en el patio de Coches del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, un concierto con dos puntos de Interés: la Novena sinfonía de Beethoven y otro más breve himno, el compuesto por Nietzsche sobre un texto de Lou Salomé, dedicado a la vida. Nietzsche fue, desde joven, un apasionado por la música, con la que mantuvo una relación que, como escribe Thomas Mann, estaba amenazada por "el aguijón de la duda". Así se explican ciertos vaivenes en sus preferencias: de Wagner a la Carmen de Bizet y de ahí a La mascota, opereta de Augran, o La Gran Vía, de Chueca.En el haber del autor de Zarathustra cuenta un ciclo de 16 lieder sobre texto de Ruckert o propio, el poema Manfredo, sobre Byron, o el Himno a la vida, que canta un original de Lou Salomé, modificado y adaptado por el filósofo-compositor en una primera versión para voz y piano que posteriormente adaptó para coro y orquesta, tal y como la hemos escuchado ahora en El Escorial.

Suele ser frecuente en los intelectuales que al enfrentarse con los pentagramas se expresen mucho más conservadores, desde Rousseau a nuestros días, y el caso de Nietzsche no es excepción. El Himno a la vida, sobre el breve poema de Salomé es conciso, limpio de traza y más íntimo que trascendentalista.

El Himno a la vida, mesurado en las intervenciones orquestales y bien cantado en su texto, podría ser calificado de amable. La Sinfónica y el Coro de RTVE, dirigidos por Arpad Joo, hicieron una lectura clara y comunicativa del Himno y después, con el añadido del cuarteto solista Higueras, Pereistein, Cid y Echeverría, se lanzaron por las intrincadas galerías del himno beethoveníano, con su carga de "revelación más alta que la filosofía" que es la Novena sinfonía montada sobre valores trascendentalistas.