La miseria crea las bases sociales del 'sicariato' colombiano

"Solamente problemas de orden económico, social y político como los que vivimos los colombianos han hecho posible que las mentes sangrientas de los narcotraficantes encuentren terreno fértil para desarrollarse", manifestó en Salamanca Fidel Cano, redactor jefe del diario El Espectador, de Bogotá.

Cano, de 24 años, sobrino del director del citado rotativo asesinado por el narcotráfico, expuso en el Foro de Iberoamérica de la universidad salmantina: "El 30% de los niños colombianos son hijos de encuentros ocasionales. A los cinco o seis años la mayoría de ellos comienzan a colaborar como campañeros -los que avisan si hay moros en la costa- en el desvalijamiento de coches o el robo de apartamentos. A los 13 años se estima que cometen su primer homicidio, y es entonces cuando están listos para ser reclutados en las escuelas de sicarios". Cano cree que esta situación es consecuencia de "un proceso de urbanización acelerada".

Como ejemplo de la inversión moral registrada en la sociedad colombiana citó a un joven sicario: "Mato a conciencia, porque necesito dinero. ¿No ve que estoy trabajando y tengo que vivir de algo?". Esta declaración fue recogida por Silvia Duzán, reportera de El Espectador asesinada por el sicariato.