El presupuesto de 1991 será restrictivo para reducir más el déficit, según Hacienda

El secretario general de Planificación y Presupuestos, Antonio Zabalza, anunció ayer en Santander que los Presupuestos Generales del Estado para 1991 tendrán un carácter marcadamente restrictivo. La moderación presupuestarla que se impondrá el Gobierno el próximo año pretende reducir considerablemente el déficit público, un fin prioritario en la política presupuestaria, que este año será dificíl de cumplir. La moderación presupuestaria del próximo ejercicio tendrá que convivir, según señaló Zabalza, con un necesario aumento de la inversión pública, lo que exigirá una importante reasignación del gasto del Estado.El presupuesto de 1991 es, a juicio de Antonio Zabalza, "la última oportunidad que tendrá España para acceder en condiciones adecuadas al proceso de creación de la Unión Económica y Monetaria". Este ultimátum se va a traducir en una política fiscal y presupuestaria muy restrictiva con el objetivo de que el déficit público disminuya de forma apreciable.

El gasto público crecerá el próximo año por debajo del producto interior bruto (PIB). Esto significa que, por término medio, la expansión del sector público irá por detrás de la economía. El freno al crecimiento del gasto será especialmente acusado en los capítulos de bienes y servicios ya que Hacienda pretende que esa reducción del déficit sea compatible con el esfuerzo de inversión pública que debe realizarse de aquí a 1992.

La reasignación del gasto será pues una de las principales características del presupuesto del próximo año, que se enviará al Parlamento después del verano. Esta reasignación deberá tener en cuenta, además, el fuerte crecimiento del gasto financiero del próximo año debido, por un lado, a los elevados tipos de interés y, por otro, a la progresiva eliminación de los coeficientes de caja y de inversión, que han sido un sistema de financiación a bajo coste del sector público. El paso desde la financiación vía coeficientes hasta el recurso al mercado costará el equivalente a un 0,3% del PIB.

El menor gasto público del próximo año estará acompañado de un crecimiento de los ingresos también más suave que el de los últimos años. Los ingresos públicos notarán desde el próximo ejercicio los efectos de la reforma fiscal que, aunque se aplicará de forma gradual, tendrá un impacto inicial de descenso de la recaudación superior a los 300.000 millones de pesetas.

Los ingresos públicos de 1990 por la vía de la recaudación serán probablemente inferiores a lo presupuestado. Esta previsible caída de la recaudación de este año, unido a las dos devoluciones del IRPF que deben practicarse, fue destacada ayer por Zabalza para concluir que "se plantean dudas fundadas sobre la posibilidad de alcanzar el objetivo de déficit del Estado del 1,6%, del PIB este año".

Objetivos prioritarios

El descenso del déficit en 1991 es un objetivo prioritario tras el reconocimiento de que este año se podrá avanzar muy poco en este camino. Hacienda prevé, además, que "la Administración central, como responsable último de los equilibrios básicos de la economía, actúa como compensadora del mayor gasto público de las administraciones territoriales". El despunte del gasto en comunidades autónomas y ayuntamientos se inició el pasado año y ahora se intenta alcanzar algún acuerdo que limite su explosión.La moderación de la política presupuestaria para el próximo ejercicio intentará compensar asimismo la pérdida de protagonismo y autonomía de la política monetaria. En este sentido Zabalza reiteró el insistente llamamiento del ministro de Economía, Carlos Solchaga, a alcanzar un pacto de rentas que acompañe en el objetivo de moderación de la demanda interna a la política presupuestaria.

El fracaso en este frente podría suponer, según Zabalza, un ajuste drástico posterior de la economía española o podría obligar a retrasar la participación de España en la Unión Económica y Monetaria y, por lo tanto, a perder las ventajas que conlleva integrarse en la Unión dentro del grupo de países que lidere el proceso.