Empresarios españoles del sector del frío, dispuestos a la sustitución de los gases CFC
Empresarios del sector del frío, reunidos ayer en el Colegio Oficial de Ingenieros de Madrid, manifestaron su disposición a llegar a acuerdos con la Administración para sustituir los clorofluorocarbonos (CFC) -los gases que dañan la capa de ozono de la atmósfera- por otros gases, según prevé el reformado Protocolo de Montreal. El sector de los aerosoles, merced a un acuerdo fírmado en 1989 con el Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo (MOPU), ha sustituido ya el 96% de los CFC en los aerosoles por otros propelentes, según Ángel Rascón, de la Secretaría General de Medio Ambiente.
La sustitución de los CFC en los grandes sistemas de refrigeración no va a plantear excesivos problemas, según los empresarios del frío. La mayor dificultad radica en encontrar gases no dañinos para los sistemas de refrigeración de los frigoríficos caseros y los automóviles. Se piensa que el amoniaco y el propano podrían ser un recambio para los CFC en grandes instalaciones, aunque existen algunos inconvenientes: el amoníaco huele mal y puede afectar al sistema respiratorio, y el propano es inflamable. Por esta razón habrá que ensayar nuevas tecnologías y dedicar más esfuerzos a la preparación de técnicos, para que aumente la seguridad de este tipo de instalaciones.Otros gases que están en estudio son los hidroclorofluorocarbonos (HCFC), en los q e se sustituye uno o más átomos de cloro por átomos de hidrógeno. Estos gases tienen menos incidencia negativa que los CFC sobre la capa de ozono, según los primeros estudios, pero las compañías que investigan con ellos reconocen que no tendrán las propiedades de los CFC. Un estudio reciente llevado a cabo por el laboratorio nacional de Oak Ridge, en Estados Unidos, señalaba que los sustitutos de los CFC incrementarán en EE UU el consumo de electricidad en un 3%.
"El HCFC 134a puede sustituir al CFC12 -un gas que tiene una vida media en la atmósfera de 139 años-, no destruye el ozono y su efecto invernadero es sólo del 0,9%. Otro de los gases que tiene más posibilidades es el HCFC 123, también llamado R22, que posee un efecto destructor sobre la capa de ozono del 0,05%", comenta Miguel Jal, presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Maquinaria y Equipos para la Producción del Frío (Anefryc). Jal afirma que estos gases tienen un 10% menos de rendimiento energético que los CFC y van a provocar un 2% más de consumo eléctrico. "Los HCFC ya se usan en algunos procesos, igual que el amoniaco, aunque aún se está estudiando su posible toxicidad, aspecto éste que se conocerá en 1993. La sustitución de los CFC costará en Europa unos 500 millones de Ecus, dice Jal. "Esto va a suponer un aumento de los costes de los equipos, pero será debido a que las instalaciones tendrán mayores medidas de seguridad en relación con posibles fugas".
Francisco Muñoz Leyva, de la Asociación de Frabricantes de Equipos de Climatización (Afec), comentó que al R22 se le denomina ya "el nuevo refriagerante ecológico, y además se puede reciclar y disponer de él a un precio moderado". Ángel Rascón dijo en cambio que este gas se considera de transición, y que está prevista su reducción en algunos países de la Comunidad Europea, pero no así en el Protocolo de Montreal.
17% del 'efecto invernadero'
El científico del Instituto Nacional de Técnica Acroespacial (INTA), Manuel Gil, dijo que ahora hay cuatro veces más cloro libre en la atmósfera que en 1960. Gil resaltó que, según un estudio de la Administración alemana del Medio Ambiente, el 17% del calentamiento extra del efecto invernadero se debe a los CFC. Juan María Cisneros, investigador del Instituto Nacional de Meteorología, resaltó que estos gases superan en mil veces la capacidad de efecto invernadero del CO2.Según cifras barajadas en la citada reunión, cada año se lanzan en el mundo a la atmósfera alrededor de 7,8 millones de kilos de CFC a causa de las fugas producidadss en los sistemas de refrigeración. Manuel Dominguez, del Instituto del Frío, afirmó que1a totalidad de los CFC que se producen van tarde o temprano a la atmósfera, aunque se habla de un 8%, y es que nadie los recicla".
La producción anual de estos gases en el mundo ronda los dos millones de toneladas. EE UU y Europa consumen el 70% de los CFC. Europa produce unas 440.000 toneladas al año, y España alrededor de 60.000 toneladas, según datos de los empresarios del sector.
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