Los países más poderosos apuntalan a Gorbachov

JAVIER AYUSO ENVIADO ESPECIAL Los líderes del Grupo de los Siete se declararon ayer dispuestos a cooperar con la Unión Soviética "en sus esfuerzos para crear una sociedad abierta, una democracia pluralista y una economía de mercado", según dice el comunicado político que fue leído ayer por el secretario de Estado norteamericano, James Baker.

En el primer enunciado del G-7, los presidentes de los países más industrializados han omitido cualquier mención a posibles ayudas económicas, quedando el tema pendiente para el comunicado final de hoy, miércoles. En círculos diplomáticos se da por seguro que los países comunitarios actuarán en solitario al conceder fondos directos a Moscú.En este primer comunicado de la reunión de los países más poderosos de la Tierra se ha optado por una fórmula muy política, en la que se asumen las responsabilidades que tienen los países occidentales para que el proceso liberalizador de las naciones del Este de Europa sea un éxito y se da la bienvenida a la URSS, por su "intención de democratizar su sistema político y realizar sus reformas económicas de acuerdo con los principios de la economía de mercado". Los líderes de Estados Unidos, Canadá, Japón, Francia, Reino Unido, Italia, Alemania Occidental y la propia Comunidad Europea responden así a la carta enviada por el presidente de la URSS, Mijaíl Gorbachov, al comenzar las reuniones de Houston, en la que pedía al presidente Bush ayudas económicas para poder realizar el proceso de cambios en su país.

A estas alturas de la cumbre, cuando sólo quedan 24 horas para que finalice, parece descartarse una acción común, dejando libertad a cada país para que actúe de la forma que considere más adecuada. De esta forma, la propuesta de Helmut Kohl de ayudas por valor de 15.000 millones de dólares (1,5 billones de pesetas) sería secundada por la mayoría de los países comunitarios (el Reino Unido podría desmarcarse definitivamente), mientras que EE UU y Canadá mantienen su política de enviar equipos técnicos de apoyo, y Japón queda absolutamente al margen.

En este sentido, el secretario de Estado norteamericano, James Baker, afirmó en la conferencia de prensa posterior a la lectura del comunicado, que "espero que encontremos una fórmula para poder responder a las peticiones de la URSS, a la que llevamos apoyando técnicamente desde hace meses. Si las cosas cambian y Moscú hace un esfuerzo fundamental para culminar su reforma económica y reducir sus gastos militares, podría haber perspectivas futuras de ayuda económica y financiera de Estados Unidos".

Cometido internacional

Baker indicó también que aunque la CE haya enviado una comisión técnica a la URS S, "quizá sería mejor encargar ese trabajo a ciertos organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial".

El comunicado político del G7 consta de ocho puntos, en los que no hay grandes novedades respecto a lo esperado. Se hace mención al comienzo de la nueva década (a la que se califica como "la década de la democracia") y "se da la bienvendida de forma entusiasta a los profundos e históricos cambios en Europa". El tercer punto es el que hace mención expresa a las reformas en la Unión Soviética, sobre las que el G-7 se compromete a "trabajar' con la URSS, para ayudarles en sus esfuerzos para crear una sociedad abierta, una democracia pluralista y una economía de mercado". El texto se refiere también al resto de los procesos de apertura en todo el mundo, con menciones expresas a Mongolia, Nepal, Filipinas, Namibia, Suráfrica, Chile y Nicaragua. "Esperamos que Cuba dé los primeros pasos para unirse a esa tendencia democratizadora en el resto de Latinoamérica", dicen los líderes occidentales.