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LA CITA DE LOS MÁS RICOS

Bush ofrece expertos para ayudar a la URSS

JAVIER AYUSO ENVIADO ESPECIAL El presidente de Estados Unidos, George Bush, se mostró ayer dispuesto a enviar equipos técnicos de expertos a la Unión Soviética para ayudar a reconstruir las infraestructuras de los ferrocarriles y las comunicaciones, así como los depósitos de grano, los sistemas de distribución de alimentos y otros servicios básicos. Ésta sería la respuesta norteamericana a la carta del presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, que solicitaba formalmente ayuda humanitaria a la cumbre del Grupo de los Siete, que se inauguró ayer oficialmente en la ciudad de Houston (Tejas, EE UU).

La ceremonia oficial de apertura comenzó pasadas las 12.30 (19.30 hora española) y se prolongó durante dos horas con toda solemnidad. Posteriormente comenzaron los debates entre los ocho líderes mundiales que asisten a la cumbre (Bush; el japonés, Toshiki Kaifu; Giulio Andreotti por Italia Brian Mulroney por Canadá; Helmut Kohl por la RFA; Margaret Thatcher, primera ministra británica; el presidente francés, François Mitterrand, y el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors).La respuesta del Gobierno estadounidense, difundida a través de los canales oficiales de la Casa Blanca, se produjo unas horas antes de que llegaran a Houston los últimos líderes (Helmut Kohl, François Mitterrand y Giulio Andreotti, que prefirieron la final del Campeonato Mundial de fútbol que la fiesta tejana de Bush) y antes de que diera comienzo formalmente esta cumbre. En medios diplomáticos de la CE se interpreta esta declaración como un ligero cambio de postura por parte del Gobierno de Washington, aunque no esperan que este viraje suponga la aprobación del plan de ayudas económicas propuesto por el primer ministro de la República Federal de Alemania (RFA), Helmut Kohl.

Portavoces oficiales de Estados Unidos declararon a este respecto que el presidente Bush mantiene su oposición a la propuesta franco-alemana de conceder importantes ayudas económicas a la Unión Soviética. "Cada país de los que asisten a esta cumbre", declararon las citadas fuentes, "tiene unas características y unos intereses muy diferentes, así como unos imperativos políticos concretos. Por eso, parece razonable que cada uno utilice métodos diferentes". Así explican los norteamericanos la propuesta concreta de enviar expertos a la Unión Soviética y la negativa a la ayuda económica directa.

El propio secretario del Tesoro de Estados Unidos, Nicholas Brady, defendía ayer públicamente la postura de su presidente en el sentido de no conceder ayudas directas a la URSS. "Hay esencialmente dos razones", afirmaba. "En primer lugar, el sistema de enviar dinero para solucionar los problemas mundiales no funciona, como se ha venido demostrando últimamente. Además, no hay que olvidar que la Unión Soviética sigue enviando ayudas económicas a Cuba y que la política de control del armamento está todavía en plena discusión. En estas condiciones el pueblo americano no quiere que salga dinero en forma de créditos para la Unión Soviética". Respecto a otro de los temas pendientes de debate en la cumbre, Brady se lamentó de las grandes diferencias existentes entre las posiciones de Estados Unidos y la mayoría de los países europeos respecto al tratado comercial y a la eliminación de subsidios agrarios e insistió en la necesidad de mantener el crecimiento económico en los principales países occidentales.

"Llevamos ocho años y medio de fuerte crecimiento económico", comentó, "y eso es bueno para todos nosotros. Hay que mantener esa línea de actuación".

Inauguración formal

En medio de este ambiente de desacuerdo, el presidente Bush inauguraba ayer formalmente la cumbre del G-7. después de recibir en el aeropuerto militar Ellington a los tres líderes europeos que demoraron su llegada hasta el último momento. George Bush departió durante algunos minutos, a medida que iban descendiendo de sus respectivos aviones, con Helmut Kohl, François Mitterrand y Giulio Andreotti.

Los dos primeros son precisamente los que más están presionando para que los países occidentales se unan y concedan ayudas económicas a la URS S, defendiendo así la posición de Gorbachov, cuya situación es cada vez más débil en su país.

En su discurso de bienvenida a sus ricos huéspedes, el presidente Bush elogió este tipo de cumbres y se refirió a la necesidad de un diálogo constructivo "para mantener la estabilidad, la democracia y la libertad en el planeta y prepararnos para el nuevo milenio".

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