El impuesto sobre la gasolina divide a la industria del automóvil en EE UU

La industria automovilística estadounidense se encuentra dividida ante la probable subida del impuesto federal sobre la gasolina, que la Administración puede utilizar para combatir el déficit presupuestario.Las empresas Ford y Chrysler, segunda y tercera del sector respectivamente, son partidarias de un incremento de cinco centavos anuales en al actual impuesto de nueve centavos por galón (3,78 litros) de gasolina, durante un periodo de entre tres y cinco años. Pero el gigante de la industria automovilística norteamericana, General Motors, fabricante, entre otras marcas, de Chevrolet y Oldsmobile, se opone a la subida.

La American Automobile Asociation (AAA), organización de servicio al consumidor, opina que la división es inusitada en una industria que tradicionalmente antepone la unidad a la competencia cuando se trata de defender sus intereses ante la Administración y el Congreso. "Podrían ser más eficaces si se mantuviesen unidos en este asunto", afirmó un portavoz de la AAA, que está intentando aunar esfuerzos para luchar contra los planes de la Administración de subir el impuesto.

El Gobierno norteamericano, que actualmente negocia un plan de reducción del déficit presupuestario con la mayoría demócrata del Congreso, pretende utilizar la subida del impuesto de la gasolina para engrosar las arcas del Estado.

General Motors opina que el nuevo impuesto de la gasolina afectará negativamente a sus ventas y pronostica que una subida de quince centavos por galón reduciría la compra de automóviles en 500.000 unidades y causaría la pérdida de 120.000 puestos de trabajo.

Chrysler, mientras tanto, es partidaria de una subida, aunque no significativa, puesto que una reducción del déficit propiciaría una bajada de los tipos de interés y una consiguiente revitalización de la economía y de la venta de automóviles.