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El robo de un 'renoir' en el Louvre revela la vulnerabilidad del tesoro artístico francés

Cinco pequeños museos de París permanecen desde ayer cerrados para las visitas individuales

Los servicios de seguridad de los museos franceses, en particular el del Museo del Louvre, están desbordados por el notable incremento de visitantes, reconoció ayer Jacques Sallois, máximo responsable de estas instituciones. El pasado miércoles, un cuadro del pintor impresionista Pierre Auguste Renoir fue robado del Louvre con una simple cuchilla. Ese mismo día y por idéntico procedimiento desaparecieron dos cuadros más en otros tantos museos de París. Esos delitos han revelado la vulnerabilidad del tesoro artístico francés.

Jacques Sallois, director general de los museos de Francia, anunció ayer el cierre inmediato de varias salas de los museos del Louvre, Orsay y Versalles, cuya seguridad no puede ser garantizada por el número actual de efectivos humanos consagrados a esa tarea.En cuanto a los pequeños museos de la capital francesa, cinco de ellos -Eugene Delacroix, Gustave Moreau, Jean-Jacques Henner, Hubert y Ennery- cerraron desde ayer sus puertas a las visitas individuales.

El director general de los museos de Francia celebrará el próximo lunes en París una cumbre consagrada a la lucha contra los robos con los directores artísticos, administrativos y de seguridad de todos los establecimientos franceses.

La policía carece por el momento de pistas sobre los autores de los robos del miércoles en el Louvre y los museos Hebert y Carnavalet. Los investigadores sospechan que, dada la similitud de procedimientos, un mismo grupo de delincuentes es responsable de los tres robos. Los ladrones actuaron a la luz del día, en horas en que los establecimientos estaban abiertos al público y registraban la máxima afluencia de visitantes.

El renoir y las otras dos telas de Paul Huet y Ernest Hebert fueron cortadas con una afilada cuchilla y desprendidas así de sus marcos. Para poder abandonar los locales, los delincuentes las enrollaron y, con toda probabilidad, las introdujeron entre sus ropas. En los tres casos se trataba de cuadros de pequeño formato, situados en salas secundarias y carentes de vigilancia humana especial o medidas de seguridad de tipo de alarma sonora.

El renoir robado mide 35 centímetros de alto por 27 centímetros de ancho y se trata del lienzo Portrait de femme assise (Retrato de mujer sentada), pintado por el maestro impresionista entre 1917 y 1918. La tela estaba expuesta en el segundo piso del llamado pabellón de Flore del principal museo parisiense. La policía imagina que, para ocultar la acción a los vigilantes y al resto del público, varias personas se arremolinaron en torno al lienzo mientras una lo cortaba y separaba del marco.

Este tipo de robos con cuchilla en horas de visita son muy raros en Francia. El último informe sobre seguridad en los museos galos afirma que el 60% de las desapariciones de obras de arte se producen en los depósitos, en las horas de cierre. El anterior gran robo de una obra de arte en un museo francés data del 27 de octubre de 1985. En aquella fecha, un grupo de individuos armados se apoderó en el museo Marmottan de un cuadro de Claude Monet, Impresión de un sol naciente, que todavía no ha sido recuperado.

Desde la incorporación, el pasado año, de la pirámide de cristal de Pei Ieoh Ming al conjunto del Louvre, las visitas a este museo se han incrementado en un 50%. Los 440 vigilantes del Louvre, reconoció ayer Jacques Sallois, son insuficientes para garantizar la seguridad de los 2.200 cuadros expuestos.

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