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El hígado como conejillo de Indias

Dos investigadores valencianos, premiados en Europa por un trabajo con células hepáticas humanas

Aumentar la seguridad de los medicamentos y reducir a la vez el número de animales para la experimentación farmacológica es el doble objetivo que los investigadores María José Gómez-Lechón y José Vicente Castell, ambos del centro de Investigación del hospital La Fe, de Valencia, han conseguido mediante el cultivo de hepatocitos (células hepáticas) humanos. El método, premiado por la Federación Europea de Industrias Farmacéuticas, permite determinar reacciones tóxicas de los medicamentos sobre el hígado, así como seleccionar sustancias anticancerosas más seguras.

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La técnica desarrollada por los dos investigadores españoles evitará que se produzcan situaciones como la relatada por José Vicente Castell: "Un importante laboratorio francés intentó desarrollar un anticanceroso contra el melanoma [cáncer de piel]. Iniciaron los estudios pertinentes y, durante las primeras fases, el producto cumplía todos los requisitos. Incluso se dio como apto tras probarlo con voluntarios. Pero cuando se experimentó con un segundo grupo de personas, tras comprobar sus efectos sobre animales, aparecieron graves consecuencias. Inmediatamente, el laboratorio paralizó la investigación, y el medicamento jamás se comercializó"."Con nuestro sistema vimos, a las pocas semanas de trabajar con ese fármaco, que no existían dudas de su toxicidad sobre las células hepáticas", dice Castell, de 38 años de edad.

Premio

El cultivo de hepatocitos humanos, método que ha obtenido el premio de 1990 que concede la Federación Europea de Industrias Farmacéuticas, permite reproducir a pequeña escala el funcionamiento del hígado humano. Ambos doctores han necesitado 12 años de trabajo para poner a punto su sistema."Nosotros", señala María José Gómez-Lechón, de la misma edad que su colega, "iniciamos nuestras investigaciones con modelos animales, en concreto con los hepatocitos de rata. Pero después de muchos años de trabajar nos dimos cuenta de que, en numerosas ocasiones, el ser humano no metaboliza igual que la rata, es decir, que existía un gran vacío entre la utilización de modelos animales en vivo y sus consecuencias en las personas", dice.

La labor de ambos investigadores se centró en descubrir cómo se podían obtener hepatocitos humanos aptos para el cultivo, precisamente para cubrir ese hueco existente con las prácticas establecidas. Gómez-Lechón y Castell destacan el esfuerzo de sus compañeros cirujanos -entre ellos resaltan el apoyo de Ramón Trunllenque y Ricardo Fabra, ambos del Hospital General de Valencia- para facilitarles pequeñas muestras de hígado sin que ello repercutiera en los pacientes. Una vez aislados los hepatocitos, mediante una solución que disgrega el tejido y libera las células, se procede a su cultivo mediante sistemas nutritivos adecuados. Las células aisladas se depositan en las placas de cultivo, en donde adoptan, progresivamente, la morfología y el contacto intercelular similares a los que mantenían en el hígado.

El segundo paso consistió en caracterizar las células desde el punto de vista bioquímico. "Teníamos que comprobar que los hepatocitos se comportaban de la misma forma que en el hígado humano", dice Castell. En este proceso, los doctores emplearon varios años. "No es el hígado", prosigue Gómez-Lechón, "pero se parece mucho". Los resultados obtenidos, según los investigadores, confirman que el sistema resulta muy efectivo para evaluar medicamentos y poder predecir el efecto sobre las personas. En opinión de los doctores valencianos, el jurado del premio, formado por catedráticos de varias universidades europeas, ha valorado la utilización de hepatocitos humanos como eslabón entre los modelos animales y los primeros ensayos clínicos. "Hasta ahora", explica Castell, "el paso era directo, es decir, desde los animales a las personas. Pero de esta forma el riesgo es mayor, ya que determinadas sustancias pueden no ser tóxicas para los animales y sí para las personas".

Fármacos antirrechazo

El nuevo método abre, según los doctores, nuevos caminos para conocer el efecto de los fármacos sobre el hígado. María José Gómez, secretaria de la Sociedad Española de Biología Celular, destaca el proyecto que actualmente desarrollan y que consiste en seleccionar sustancias anticancerosas no hepatotóxicas. "El sistema puede descubrir qué sustancias son las más efectivas para combatir el tumor hepático y, a la vez, presenten menos efectos negativos para el paciente", señala. Mediante el cultivo de hepatocitos se puede determinar qué medicamentos no deben suministrarse al mismo tiempo o qué puede ocurrir con los fármacos antirrechazo que se están creando para pacientes que han sufrido un trasplante de hígado.Antonio Vila Casas, presidente de Farmaindustria (organismo que aglutina a los laboratorios e industrias farmacéuticas instaladas en España), destacó ayer, durante la presentación de la memoria de 1989 de Farmaindustria, el premio otorgado a los dos investigadores valencianos. Vila Casas afirmó que la técnica desarrollada por éstos tiene una gran importancia porque permite testar los nuevos fármacos con mayor margen de seguridad para su uso terapeútico. "Además, va a redundar en que se necesite sacrificar un número menor de animales. En España no hay apenas polémica sobre esto, pero en los países anglosajones las asociaciones para la defensa de los animales son muy fuertes".

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