Calzada romana
El sábado 16, al regreso de una placentera excursión a la sierra de Gredos, decidimos pasar por el Puerto del Pico, en la carretera C-502, cerca de Arenas de San Pedro. Al aproximarnos a lo alto del puerto observarnos a un gran número de personas que aplaudían no sé qué acontecimiento.Cuál sería nuestra sorpresa al conocer el motivo de tal manifestación: se estaba realizando, por la calzada romana allí existente, el descenso de vehículos todo terreno (automóviles y motocicletas) como parte fundamental del recorrido del Primer Rally de la Trashumancia, organizado por el Club Motorista de Mérida.
Los gruesos neumáticos de los vehículos hacían saltar las piedras de la calzada en todas direcciones; por lo visto, como ya llevan allí 2.000 años, ya va siendo hora de que cambien de sitio. Ante tal atropello histórico y ecológico, nuestra indignación fue supina; ninguno de los presentes parecía conocer quién había dado la autorización para utilizar una calzada romana (por cierto, hasta hace poco tiempo bastante bien conservada) como pista de prueba para una competición de este tipo. Además a nadie parecía importarle lo más mínimo, a pesar de nuestras airadas protestas, lo que incluso me hizo (en contra de mi costumbre) insultar a uno de los participantes, al que desde aquí y públicamente le pido disculpas por mi momentáneo descontrol.
¿Cómo es posible que cosas así sucedan sin que nadie controle e impida que la despreocupacíón de ciertos ciudadanos por los legados históricos y culturales provoque la destrucción de los mismos?
Tremenda paradoja, los integrantes del famoso rally son vecinos de Emérita Augusta. ¡Ah!, me olvidaba, yo también soy extremeño.-
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