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La Contra nicaragüense concluye hoy su compromiso de desmovilización

La Contra nicaragüense concluye hoy su desmovilización, poniendo fin a 10 años de guerra civil en Nicaragua. La oposición armada entregó ayer a las fuerzas de paz de las Naciones Unidas para Centroamérica (ONUCA) 60 misiles antiaéreos cedidos por EE UU. El conflicto causó unos 30.000 muertos.

Los misiles tierra-aire, tipo Red Eye, iban a ser destruídos en El Almendro, a 270 kilómetros al sureste de Managua. Su precio está calculado en 12 millones de dólares. "Con este armamento los contras podrían haber destruído tranquilamente toda la aviación sandinista", aseguró un militar español de la ONUCA.Según datos oficiales, la Fuerza Aérea Sandinista está integrada por 10 aviones de transporte AN-26, una treintena de helicópteros MI-25, conocidos como tanques voladores, y un número igual de helicópteros MI-17, de transporte, todos ellos de fabricación soviética.

Hasta el lunes, el total de desmovilizados era de 18.197. La ONUCA calculaba que entre el lunes y el martes se desarmarían otros 1.000 contras.

Ayer estaba previsto el definitivo desmantelamiento de los rebeldes antisandinistas, en un acto que iba a celebrarse en el pueblo de San Pedro de Lóbago, a 160 kilómetros de Managua, con asistencia de la presidenta de Nicaragua, Violeta Chamarro, y el general español Agustín Quesada, jefe de la ONUCA.

El lunes se desarmó definitivamente el Frente Sur, segundo de los tres movimientos rebeldes que combatieron a los sandinistas en los últimos años. Los 2.000 efectivos del Frente eran en su mayoría antiguos sandinistas que abandonaron la revolución por "apartarse de sus principios originarios", y se instalaron en 1982 en el sur del país, controlando una extensión de 36.000 kilómetros cuadrados.

Este movimiento antisandinista se denominó en sus orígenes Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE) y estuvo dirigida durante los primeros cuatro años por Edén Pastora, Comandante Cero.

El pasado 20 de junio quedaron desmantelados también los 2.000 efectivos de Yatama (Herederos de la Madre Tierra, en lengua misquita), el segundo movimiento contrarrevolucion ario que operaba en la costa atlántica nicaragüense y que en su mayoría formaban indios misquitos.

Quedan, por tanto, cerca de 1.000 rebeldes pertenecientes a la Resistencia Nicaragüense, el movimiento antisandinista financiado por Estados Unidos que se movía por diferentes zonas de Nicaragua y que tenía su cuartel general en el sur de Honduras.

El proceso de desarme y desmovilización de los grupos irregulares debe concluir definitivamente el viernes, según el acuerdo alcanzado entre el Gobierno de Chamorro y los líderes de la Contra, el pasado 10 de junio. Ese mismo día, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas amplió, hasta el 29 de junio, el mandato de la ONUCA.

A primeros de julio regresará a Venezuela el batallón cedido a las Naciones Unidas por el presidente de ese país, Carlos Andrés Pérez, para el desarme de los insurgentes.

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