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La separación de rentas en los matrimonios le costó a Hacienda 145.000 millones de pesetas este año

Los matrimonios con dos fuentes de ingresos que se acogieron el pasado año a la declaración separada se ahorraron 145.000 millones de pesetas en el impuesto sobre la renta. Es decir, la adaptación del IRPF a la sentencia del Tribunal Constitucional (febrero de 1989) le ha costado a Hacienda esta misma cantidad en la devolución efectuada este año por las declaraciones presentadas en noviembre pasado, sobre los ingresos de 1988. Así se desprende de los escenarios (1990-1993) elaborados por Hacienda, donde se prevé una caída en la recaudación del IRPF para 1990 de 52.900 millones.

Las previsiones de Hacienda para este año contemplan un bache en la recaudación por el impuesto sobre la renta de 52.900 millones de pesetas, con una disminución del 1,6% respecto al año anterior. Ello sería grave como un hecho aislado pero pierde crudeza si se compara con el 25,5%, en que aumentó el pasado año la recaudación respecto de 1988.Los cambios normativos que se produjeron el pasado año han provocado esta descompensación en la recaudación por el IRPF prevista para este año. Por una parte, las devoluciones correspondientes a la declaración presentada en noviembre del pasado año -323.000 millones de pesetas- se han pagado en 1990 y por lo tanto el debe se anota en este ejercicio por un haber de 1988 con el año intermedio en blanco. Este año, además, se hará otra devolución correspondiente al ejercicio anterior.

La cifra de devoluciones efectuadas en los primeros meses de 1990 corresponde en 178.000 a las normales y ellas se suman otros 145.000 millones, como consecuencia de la sentencia del Tribunal Constitucional que obligó a Hacienda a permitir a los matrimonios declarar sus rentas por separado La sentencia del Tribunal Constitucional le ha costado, pues, a Hacienda, casi duplicar la primera de las devoluciones de este año.

Además, la deflactación de la tarifa del IRPF en 1989 (3%) no se compensó con una disminución paralela de las retenciones. Por ello, su coste -42.900 millones de pesetas- se traslada íntegro a la cuota diferencial a ingresar en 1990. Por último el aumento en las retenciones del capital -del 20% al 25%-, decidido a mediados del pasado año, ha supuesto un aumento de la recaudación en 1989 de 44.300 millones de pesetas, que se verá disminuida en la misma cuantía en 1990.Descontados estos tres factores, la recaudación por IRPF en 1989 habría crecido sólo un 10% y la diferencia respecto a la recaudación esperada en 1990 -3,2 billones de pesetas- habría sido menor.

Espejismos

En 1990 se vuelve a producir un desfase entre deflactación de la tarifa (5%) y el anunciado descenso de las retenciones sólo a partir del segundo semestre. Los efectos de ambas medidas se distribuyen otra vez entre dos ejercicios. Por una parte, el coste de la deflactación de la tarifa -79.400 millones de pesetas- se produce en 1991, mientras que la rebaja de las retenciones en otro 5% se producirá sólo a partir del segundo semestre, con un efecto positivo en 1990 y negativo en 1991 de 27.000 millones.

Para los próximos ejercicios, la recaudación por IRPF crecerá a un ritmo del 10,9%, 13,1% y del 10% entre 1991 y 1993, según las previsiones de Hacienda contempladas en el escenario maeroeconómico y presupuestario (1990-1993). La lucha contra el fraude aportará un 1% a la recaudación tendecial, es decir, a la que se produciría sin el afloramiento de rentas ocultas, mientras que las mejoras de gestión elevarán la recaudación en unos 40.000 millones de pesetas anuales.

Para 1991 la incógnita es la nueva ley del impuesto sobre la renta que el Gobierno aprobará en fechas próximas. En los escenarios elaborados por Hacienda, pendientes aún de aprobación por el Gobierno, se estima el coste de la reforma del impuesto sobre la renta en 329.200 millones de pesetas de manera provisional.

Para el periodo 1990-1993, no se han considerado otras modificaciones legislativas, salvo deflactaciones de la tarifa del impuesto y de las retenciones en porcentajes iguales a la evolución de la inflación prevista (5% en 1991, 4% en 1992 y 3,5% en 1993).

Las cifras cuadran sobre la base de reducir ligeramente la participación en el PIB de la recaudación por IRPF, con el fin de que la presión Fiscal individual por este impuesto no varíe significativamente en los próximos cuatro años. Se parte de un porcentaje del 7,41% sobre el PIB en 1989 y se pretende llegar a un 7,11 % en 1993, con una curva descendente en los años intermedios.

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