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Defensa busca una fórmula para que los jóvenes puedan elegir el momento en que cumplen la "mili"

Miguel González

El Ministerio de Defensa está estudiando la inclusión en la futura ley del servicio militar, que el Gobierno prevé aprobar en otoño, de una fórmula que permita elegir el momento en que se realiza la mili, dentro de un periodo comprendido, en principio, entre los 18 y los 23 años. Según Defensa, no se trata de adelantar la edad de incorporación, fijada en los 19 años, salvo en caso de prórroga, sino de "abrir la horquilla" para introducir cierto grado de voluntariedad.

Una comisión del Ministerio de Defensa acaba de regresar de Francia, donde ha estudiado el funcionamiento del servicio nacional del país vecino, en el que existe una fórmula como la descrita. Los responsables del departamento analizan en estos momentos los resultados de ese estudio y se muestran muy cautos sobre la decisión definitiva, ya que cualquier modificación en el momento de incorporación a filas tendría consecuencias importantísimas sobre el volumen del contingente.La actual ley del servicio militar, de 1984, adelantó la edad de incorporación de los 21 a los 19 años, lo que provocó masivos excedentes de cupo hasta 1988, algo que el Ministerio de Defensa considera muy negativo. Numerosos militares han criticado también esta decisión con el argumento de que la mayor inmadurez de los reclutas ha incidido en el incremento del número de accidentes. Ahora no se trata tanto de revisar aquella decisión como de buscar una fórmula distinta, según las fuentes consultadas.

La posibilidad de elegir, en un periodo limitado, el momento de cumplir el servicio militar pretende introducir elementos de voluntariedad y elección en un sistema de recluta obligatoria como el español. El Ministerio de Defensa quiere que la distribución de los reclutas en diferentes destinos no se haga siguiendo criterios meramente numéricos como ocurre ahora, sino atendiendo a las preferencias y aptitudes de los jóvenes. Actualmente se da el caso de que algunos jueces, médicos y otros profesionales cuyos conocimientos podrían ser aprovechados por las Fuerzas Armadas pasan el servicio militar dedicados, básicamente, a labores de vigilancia y oficina.

Catálogo de puestos

Los tres ejércitos están ultimando un inventarlo de los puestos que ocupan los soldados en las diferentes unidades. Estos datos deben servir para determinar las funciones que corresponden al personal militar y las que deberían ser realizadas por contratados civiles, con una eficacia probablemente superior. Dicho catálogo debe servir también para que cada recluta, una vez informado de los puestos disponibles, sea determinado a aquellas funciones que voluntariamente prefiera y para las que se encuentra más capacitado, siempre que ello sea posible.Este trabajo debería ser útil, igualmente, para profundizar en los mecanismos de regionalización que, si bien es difícil que puedan, ampliarse (el porcentaje actual supera el 70%), sí pueden ser notablemente perfeccionados. En medios militares se asegura que algunos reclutas, a los que el sorteo premia con la realización del servicio militar en su región de origen, podrían preferir cambiar de región a cambio de obtener un puesto más interesante.

La clasificación de los distintos puestos permitirá, finalmente, matizar el cuadro de exclusiones del servicio militar, en el sentido de que determina dos problemas físicos que imposibilitan para la realización de algunas funciones, no tienen por qué impedir el desempeño de otras, igualmente necesarias para las Fuerzas Armadas. Defensa pretende que sean excepcionales las exclusiones de la milí por problemas médicos.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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