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30.000 hectáreas de suelo rústico están en manos de imobiliarias y bancos

Juan Antonio Carbajo

JUAN A. CARBAJO Alrededor de 30.000 hectáreas de terreno rústico de la región, lo que equivale a unas 17 veces la extensión de la Casa de Campo, están en manos de empresas constructoras, inmobiliarias y bancos, según un informe del grupo ecologista Aedenat. Los responsables de urbanismo de Madrid consideran, sin embargo, que no existe excesiva presión especulativa sobre el suelo no urbanizable, salvo en los terrenos más cercanos a la capital.

La Comunidad de Madrid considera que los cerca de 40 proyectos, tanto públicos como privados, que existen para construir campos de golf en distintos municipios de la región pueden contribuir a aliviar la tensión especulativa que provoca la expectativa de que algún día los terrenos rústicos puedan ser recalificados como urbanizables.La constructora Pryconsa ha comprado gran parte de la sociedad propietaria de las 4.000 hectáreas del terreno protegido de Viñuelas; Celso García ha invertido en suelo rústico en la zona de Valdemaqueda y Robledo de Chavela, y Emiliano Revilla tiene unas 200 hectáreas de terreno no urbanizable en Rivas. Tres de las constructoras con mayor volumen de operaciones negocian actualmente la adquisición de Valdebebas, una inmensa extensión de suelo rústico situada entre el Campo de las Naciones y La Moraleja y uno de los terrenos más codiciados de Madrid.

Éstos son algunos de los últimos movimientos detectados por los responsables del urbanismo madrileño. Según el colectivo ecologista Aedenat, los constructores están tomando posiciones en zonas estratégicas de la región ante un posible cambio del planeamiento de algunos terrenos. Sin embargo, tanto la Comunidad de Madrid como la Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima) consideran que la presión especulativa actual sobre el suelo rústico no es excesiva.

Circuitos extraños

Para Jesús Morón, viceconsejero de Política Territorial, muchas de las sociedades inmobiliarias propietarias de terreno calificado como no urbanizable han adquirido el suelo hace más de 15 años. "Muchos de estos proyectos quedaron bloqueados en su momento. Ahora, entre los pro motores, ha calado la idea de que el crecimiento depende de las estretegias territoriales y de la disciplina de planeamiento, por lo que los circuitos extraños para recalificar suelo rústico han desaparecido", explica Morón. "Los promotores han empezado a entender los cauces de la disciplina urbanística" añade.

Para Asprima, la compra de terrenos rústicos para construir una vez sean recalificados "es una manera bastante anómala de reciclar recursos económicos. Pocas inmobiliarias se dedican a inmovilizar o a invertir en suelos que no se puedan desarrollar", explica un portavoz.

No obstante, a la Consejería de Política Territorial han llegado noticias de que grandes grupos financieros están intentando adquirir terrenos, especialmente en los alrededores de las nuevas autopistas previstas en el Plan de Accesos a Madrid. "Se han llegado a pagar 2.000 pesetas por metro cuadrado de suelo rústico, 10 veces más de su valoC, según la consejería.

El grupo ecologista Aedenat considera "peligroso" que haya tanto terreno en manos de inmobiliarias, constructoras y bancos. "De las 30.000 hectáreas, unas 25.000 tienen un gran valor ecológico, ya que se trata de bosques de encinares. Varias parejas de águila imperial, la especie más escasa de Europa, tienen sus nidos en encinares del Banesto, del Banco Hispano Americano", afirma Santiago Martín Barajas, de Aedenat. "La Comunidad debería adquirir las fincas con mayor valor y dedicarlas al disfrute de los madrileños", explica.

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La presión especulativa en la capital se concentra en 1.000 hectáreas

Viene de la página 1En el término municipal de Madrid, y especialmente en los alrededores del nuevo ferial del Campo de las Naciones, se encuentran los terrenos rústicos más deseados por los promotores. Para José Luis Garro, coordinador municipal de temas de Urbanismo, hay unas 1.000 hectáreas de suelo no urbanizable sometidas a tensiones especulativas muy fuertes.

"Tenemos conocimiento de que algunas constructoras están negociando con los propietarios de Valdebebas [terreno ubicado entre el Campo de las Naciones y La Moraleja], aunq,_e no tenemos constancia de compras efectivas", afirma Garro. Sobre la posibilidad de recalificar Valdebebas, Garro comentó que el Ayuntamiento se está planteando una nueva figura urbanística que prime los condicionantes sociales, y no sólo los urbanísticos, para decidir el crecimiento de la cualidad.

La Comunidad considera que una de las formas de combatir la especulación sobre el suelo rústico es la promoción de nuevos usos para estos terrenos, como la construcción de campos de golf con equipamiento complementarlo, las explotaciones agrarias modernas o, si se comprobora su idoneidad medioambiental, reservas cinegéticas.

A la Consejería de Política Territorial han llegado hasta 40 proyectos para la realización de campos de golf en la región. La tramitación de ocho de ellos está muy avanzada. Las iniciativas se concretarían en Villanueva de la Cañada, La Moraleja, Miraflores de la Sierra, en el Coto Pesadilla de San Sebastián de los Reyes, Las Rozas, Campo de las Naciones de Madrid, parque empresarial de Alcorcón y el eje del Culebro. Algunos de ellos serán impulsados por la promoción pública.

Centro de turismo

"La construcción de campos de golf es una buena salida para las fincas rústicas grandes, porque si se hace con cuidado aminora la tensión especulativa sobre el terreno y contribuye a potenciar el carácter de Madrid como centro de turismo", afirma José Maria Ezquiaga, director general de Urbanismo de la Comunidad.

Cada uno de los proyectos supondrá una inversión media de 720 millones de pesetas. "Se permitiría la edificación de un club social con restaurante, un hotel e instalaciones deportivas complementarias", afirma Ezquiega. Entre las empresas interesadas en los campos de golf hay algunas firmas japonesas, que enfocarían la inversión a atender a los ejecutivos nipones que no pueden practicar su deporte favorito en su país ante la escasez de suelo.

Las únicas condiciones que pone la Comunidad para la construcción de campos de golf es que no impacten en el medio ambiente, que no exijan una nueva infraestructura de comunicaciones y que no consuman recursos de agua destinados al consumo humano.

Para Aedenat, "los campos de golf no son la mejor solución porque necesitan mucho riego y el agua es un bien escaso en Madrid", según Santiago Martín Barajas. "Además, la existencia de tanto terreno en manos de constructoras supone una presión para la Comunidad, que poco a poco va abriendo la mano". Según esta opinión, el último proyecto declarado es el de construir 2.000 chalés en la finca de La Puebla, que está previsto se incorpore al, parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares.

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