La sabidaría de Praga
EL PUEBLO checoslovaco ha dado otro ejemplo de sabiduría política en las recientes elecciones, cuyos resultados marcan una diferencia con lo ocurrido en otros países del Este. Con el triunfo aplastante del Foro Cívico, los ciudadanos han puesto su confianza en las personas que encarnaron la lucha contra el régimen comunista del pasado: personas que han sufrido la represión, como el presidente Havel y tantos otros. En Praga ha habido en las dos últimas décadas, con la Carta 77, una llama de resistencia que ha defendido la libertad: el Foro ha continuado esa trayectoria, llevándola a la victoria con la revolución de terciopelo de noviembre pasado.Los hechos han confirmado el acierto de los que, en medio de una situación confusa, defendieron que el Foro Cívico debía mantenerse y presentarse como tal a las elecciones. Es cierto que en su seno conviven diversas ideologías, con cierto predominio de las de centro-izquierda; pero no ha llegado la hora de la disgregación. Para las tareas que deben llevar a cabo las cámaras recién elegidas -elaborar una nueva Constitución, democratizar el Estado, pasar a una economía de mercado-, la hegemonía del Foro Cívico será un factor de cohesión fundamental. El Gobierno de coalición entre el Foro y los democristianos es la consecuencia de la necesidad del más amplio respaldo político y social para abordar con éxito los contenidos de la revolución de terciopelo. El revés de los democristianos es la mayor sorpresa de las elecciones; no se han confirmado las ilusiones que alimentaban, sobre todo después del impulso que recibieron con la visita del Papa, de convertirse en la primera fuerza política del país, como ha sucedido en otros lugares de la zona.
Los comunistas -que en este caso habían conservado su nombre- han resistido mejor de lo que se había previsto. Han recogido sus votos sobre todo entre la burocracia del Estado, del partido, de los sindicatos y de las empresas estatales. Y también de quienes temen el descenso de la protección social con el paso a una economía competitiva.
Si la experiencia checoslovaca demuestra que no es fatal el corrinúento hacia la derecha en los países del Este, indica a la vez que para hacer frente a esa derecha son más eficaces formaciones nuevas como el Foro Cívico -con un contacto muy directo con el ciudadano, pluralista en sus ideas y centrado en las tareas del momento- que no el retorno inmediato al juego de los partidos políticos clásicos.
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