Ubrique
A lo mejor ustedes vosotros todavía no se han enterado (aunque ya es difícil) de lo que es Ubrique.Ubrique, como muchos saben, es un pueblo de la serranía de Cádiz. Me dicen, porque yo no lo conozco, que es un lugar con solera y tronío, muy hermoso. Unos amigos míos, de paso por allí, se detuvieron en un bar a tomar unas cervezas y unas tapas. Y cuando fueron a pagar les contestaron: "Están ustedes invitados: la primera vez que se viene a este pueblo no se paga". Eso es Ubrique.
Ahora bien, me temo que la fama súbita del pueblo no se debe a sus muchos valores. Porque Ubrique, no sé sí se han percatado, se ha puesto de moda. Los más modernos se han lanzado cual posesos a comprarse artículos de cuero del lugar. "Es de Ubrique...", suelen comentar con pavoneo tontísimo.
"¿Pero qué es Ubrique?", preguntaba el otro día una amiga que, si bien es algo lerda en geografia, nunca ha sido una esnob, y que estaba perpleja ante tan repentino bombo. Y es que en Ubrique se trabaja el cuero desde antiguo, pero es ahora, ¡oh feliz coincidencia!, cuando está alcanzando el estrellato. Hace un año o así, precisamente, le escuché decir a Alfonso Guerra, creo que fue en La Luna, que los productos de Ubrique eran fantásticos. Y luego leí en no sé dónde que la novia de Juan Guerra tiene una tienda en Sevilla que vende esos artículos de cuero. Repriman las sonrisillas maliciosas: no estoy insinuando turbias influencias de talabarteros. Sólo me admiro del extraño modo en que el destino avanza. Y de cómo la palabra que musita el poder es palabra divina. Ya sucedió con Mahler, y con Yourcenar, no sé si se acuerdan. Se pusieron de moda. De la misma manera, el antiguo pueblo gaditano acaba de ingresar en el Olimpo de la posmodernidad y del postín. ¡Pero si incluso se está celebrando en estos días una exposición de Ubrique en Galerías Preciados! Así se escribe la historia. Es formidable.
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