La RFA pide que la OTAN respete los intereses de la seguridad soviética

ENVIADO ESPECIAL La República Federal de Alemania (RFA) planteó ayer a la OTAN en la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores aliados celebrada en Turnberry (Reino Unido) que "es necesario respetar los intereses legítimos de la Unión Soviética en materia de seguridad". El plan de la RFA, de cuatro puntos, comprende crear un vínculo entre las dos alianzas e incluir a la URSS "en el debate sobre la nueva definición de Europa" para obtener su acuerdo político acerca de la unificación alemana. La RFA está dispuesta a ayudar financieramente un plan occidental de apoyo a la economía soviética.

El desarme convencional y nuclear el nuevo marco de seguridad en Europa y la revisión de la estrategia de la OTAN forman una pescadilla que se muerde la cola, justamente por el tema de la unificación alemana. La opinión mayoritaria de los países de la Alianza Atlántica es que sin el acuerdo de la URSS sobre la cuestión alemana no hay posibilidad de garantizar un esquema estable de seguridad en Europa y de dar una respuesta adecuada a los cambios en el Este.

El comunicado final del Consejo Atlántico, reunido dos días en Turnberry para preparar la cumbre extraordinaria de Londres de los próximos 5 y 6 de julio, reflejará hoy un nuevo margen de flexibilidad de la OTAN hacia las dificultades de la URSS. La Alianza Atlántica está dispuesta a mejorar su oferta en lo que se refiere al número de aviones a reducir en las conversaciones de Viena y acepta crear una institución permanente para la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE). Se trata de convertir esta institución, en la que participan 33 países europeos, además de Estados Unidos y Canadá, en un foro político para resolver los problemas de seguridad en Europa o "en un paraguas dentro del cual se hará una nueva estructura europea", en la expresión del ministro itailiano Gianni de Michelis.

La RFA propone un plan de cuatro puntos en el que se contempla la garantía definitiva para las fronteras con Polonia, el nuevo papel a jugar por la CSCE, la continuación del desarme tras el acuerdo que se negocia en Viena y crear "un vínculo entre las dos alianzas", de forma que "la Alemania unida sea un factor de integración paneuropeo", igual que lo es, ya para la CE.

La propuesta alemana completa las nueve seguridades ofrecidas por Bush a Gorbachov, entre las que se incluye la continuidad durante un periodo transitorio de las tropas soviéticas en territorio de la República Democrática Alemana (RDA). Alemania renunciará a tener armas nucleares, químicas y biológicas, y financiaría con 20.000 millones de pesetas al año a las tropas soviéticas presentes en su suelo. La OTAN renunciaría al despliegue militar en Alemania del Este. La URSS considera que no es suficiente y exige un acuerdo entre la OTAN y el Pacto de Varsovia sobre la cuestión alemana.

Pero en la cumbre de Londres, los jefes de Estado y de Gobierno de los 16 países de la OTAN deberán dar forma a la nueva estrategia de la Alianza, clave de las dificultades.

España, en una postura que, según el ministro de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, comparten también Francia y Estados Unidos, defiende que "algo muy importante debe cambiar en la OTAN; si no, sería engañarnos a nosotros mismos y a la opinión pública". El ministro francés Roland Dumas manifestó que su país está dispuesto a participar en "la reflexión profunda de la nueva Alianza", pero sin renunciar a su autonomía militar "ni la disuasión nuclear, que tiene un carácter defensivo".

"Debemos conservar suficiente armamento nuclear y los medios de obtenerlo si queremos satisfacer nuestras necesidades a largo plazo", fue el mensaje que la primera ministra británica, Margaret Thatcher. El discurso de la dama de hierro, por su contenido y tono, fue "como mínimo inapropiado", dijo un diplomático, sobre todo teniendo en cuenta que hoy viaja a la URSS para transmitir su personal visión del nuevo esquema europeo a Gorbachov.